La Policía Municipal ha denunciado a un vecino de Arganzuela por actuar contra la normativa ambiental: no tuvo mejor idea que ponerse en plena vía pública a despiezar un jabalí que había cazado la víspera en un coto de Guadalajara. El animal ya estaba cortado en distintos trozos y tuvo que ser retirado de la calle tras comprobarse la infracción in situ . Los hechos ocurrieron este domingo a las 11.20 de la mañana. Los agentes de la Comisaría Integral del Distrito de Usera recibieron el aviso de un peatón que alertaba de que había alguien descuartizando lo que parecía un animal a la altura del número 5 de la calle de Solara con la del Simca, en el barrio de Orcasitas. Los funcionarios de la Oficina de Atención al Ciudadano (OAC) se personaron inmediatamente allí. Se trata de un parque junto al 'parking' de la estación de Renfe Cercanías y junto al cual existe un área infantil y el colegio concertado bilingüe Edith Stein. La zona está al paso de cientos de personas. Los policías comprobaron que, efectivamente, había allí tirado un jabalí ya descuartizado, con hachas y cuchillos al lado que este hombre, un español de 55 años, estaba utilizando para este menester. Cuando le preguntaron qué estaba haciendo, respondió: «Ayer cacé el jabalí, pero como se nos hizo tarde, lo estoy despiezando hoy», todo esto con una tranquilidad pasmosa. Según relató, lo había apresado a tiros el sábado en un coto de montería de Brihuega (Guadalajara). El individuo presentó un certificado sanitario para cortar las piezas de caza y el propio animal tenía una etiqueta informando de lo mismo. Además, afirmó que disponía de licencia para la caza mayor, aunque no la presentó en ese momento. El cazador había dispuesto unas sábanas bajeras en la zona de césped y allí había colocado el jabalí, al que ya había arrancado la piel. Tenía dispuestas también bolsas de basura de gran tamaño y envases de pienso de comida para perros en los que había metido vísceras y parte del pelaje desollado del animal, al que, asimismo, había decapitado. «Suelo hacer estas cosas en el campo, pero se me escaparon ayer los perros y se me hizo tarde, así que he tenido que ponerme hoy con ello aquí», insistió el hombre, ante la mirada de sorpresa de los agentes actuantes. Finalmente, expidieron el acta de denuncia contra él en materia de normativa ambiental. Expertos explicaron a ABC que, antes de trocear una pieza, y más de esas características, debe visarlo un veterinario. Lo normal es manipular estos animales muertos en las propias fincas donde se cazan o hacerlo en alguna otra propiedad particular, como un garaje o la propia vivienda, en el peor de los casos; pero no en plena calle, un domingo por la mañana soleado y con tanta gente pasando por la zona, incluso niños. Por otra parte, la Policía Nacional dio a conocer ayer una operación en un restaurante del distrito de Tetuán en el que su propietario dispensaba productos 'gourmet' que habían sido robados en supermercados por toxicómanos del barrio, precisaron a ABC fuentes del caso. Había jamón, pulpo, solomillo y aceite de oliva. El hostelero se los compraba a los ladrones a bajo precio y los llevaba a su establecimiento, situado en la calle de Bravo Murillo, la principal del distrito. Los investigadores también determinaron que este varón contaba en su local con una empleada en situación administrativa irregular, llegando a trabajar hasta 13 horas diarias. Se intervinieron gran número de productos, por valor de 700 euros, y detuvieron al encargado, rumano de 26 años.