Daniel Veronese (Buenos Aires, 1955) andaba curioseando en una librería madrileña cuando se topó con un título que le llamó la atención: ' Entrevistas breves con hombres repulsivos '. Su autor, David Foster Wallace . Allí mismo se sumergió en sus páginas y empezó a imaginar las historias que contaba llevadas al escenario. El resultado fue 'Encuentros breves con hombres repulsivos', un montaje que estrenó en Buenos Aires y visitó el Festival de Otoño de Madrid del pasado año. Ahora lo vuelve a poner en pie, con Jorge Bosch y Gustavo Salmerón como intérpretes; la función se estrena hoy en Avilés , y estará en cartel los lunes, a partir del día 28, en el Teatro Bellas Artes de Madrid . La obra se divide en ocho escenas. «Foster escribe en realidad monólogos, y yo los he intervenido con pequeñas intervenciones de una mujer -explica el director-. Pero no quería que lo interpretaran un hombre y una mujer; tampoco quería muchos actores, así que pensé en dos actores, y que en cada monólogo uno hiciera la parte de la mujer. Lo único que tienen de mujeres es cómo se dirigen a ellas, no tienen que actuar nada femenino». El título de la función es suficientemente explicativo. Presenta a ocho hombres en situaciones que Veronese define como « tóxicas y normalizadas , que solo en los últimos años son cuestionadas por la sociedad». El director quería crear personajes repulsivos, pero no tanto como el espectador los rechace desde el principio. No hay situaciones de violencia, ni ellos alzan el tono de su voz, a menudo conciliadora. «Son distintos tipos de situaciones patriarcales donde el hombre está ejerciendo el poder con total normalidad». Cuando Jorge Bosch recibió el texto se lo tuvo que pensar; «es muy bestia; le dije a Daniel que no sabía si quería irme todos los días a casa con esa mochila». Gustavo Salmerón, que lleva muchos años lejos de los escenarios, asiente. «Es un texto difícil de aprender, porque de alguna manera te recuerda cosas que no necesariamente has hecho tú, sino que has visto; otras que sí que has podido hacer en tu juventud... Hay un machismo latente que tiñe todo el texto, micromachismos muy difíciles de detectar, que están totalmente impregnados en la sociedad, y hay que estar muy alerta para poder captarlos. Es muy difícil analizar o juzgar a una pareja desde fuera, porque tienen códigos a veces que hacen que algo que puede parecer machista es para ellos simplemente un juego. Pero es un juego que a lo mejor está envenenado... En fin, que cuando leí el texto pensé que no sabía si quería hacerlo; pero es un reto conseguir no juzgar a los personajes, conseguir que no caigan mal, humanizarlos lo más posible». Los hombres dibujados por David Foster Wallace y perfilados por Veronese son manipuladores, cínicos, vanidosos, oscuros, sibilinos.. Dice el director argentino que le encantaría hacer unas funciones solo para mujeres y otras solo para hombres para ver las distintas reacciones ante este espejo que sitúa ante la platea, y que muestra «algo que en definitiva es un problema social. No sé si la obra tiene un componente feminista; tiene un componente de denuncia de patriarcado del cual formamos parte». Y aunque se muestra esperanzado y es consciente de que las cosas han cambiado, piensa Veronese que «el poder lo sigue teniendo el hombre. Por eso digo que me gustaría mucho que la obra funcione como espejo».