Un individuo ebrio , acompañado por una menor, en una estación de autobuses de Barcelona . Al divisar la escena, agentes de la Policía Nacional se acercaron para identificarlo. Y es que con motivo de la Copa América, se intensificaron los controles en los transportes de la capital catalana. El hombre, de mediana edad y nacionalidad holandesa, facilitó a los agentes un documento de identidad pero, al comprobar sus datos, vieron que era falso. Cuando le preguntaron por la niña, de siete años , fingió hablar con la madre de esta, pero aprovechó ese momento para huir a la carrera, dejando a la menor en la Estación del Norte. Los policías consiguieron darle alcance pocos minutos después, en el locutorio donde se refugió. Fue allí donde lo detuvieron, después de agredir a tres funcionarios de la Brigada Móvil , que necesitaron posterior asistencia médica. El individuo era un fugitivo buscado por Alemania, Bélgica, Holanda e Italia por tráfico de drogas. Forma parte de una organización afincada en el primer país que se dedica, básicamente, al tráfico de cocaína por Europa. Sobre éste pesaba una orden europea de detención y había asentado su domicilio en Barcelona. Según han explicado a ABC fuentes del Cuerpo, hacía un mes que había iniciado una relación sentimental con una mujer en Lloret de Mar (Gerona). La pequeña con quien estaba en la estación era hija de ésta. Por ese motivo, los agentes alertaron a la Fiscalía de Menores . La madre la había dejado con su pareja, y en el momento en que los policías lo vieron en la estación, iba a coger un bus con destino a la localidad costera gerundense. Entre sus pertenencias, el fugitivo holandés portaba tres bolsas con MDMA, cocaína rosa y marihuana respectivamente, además de una pequeña cantidad de cocaína para consumo propio y un bote con anabolizantes. Así, además de por la orden de detención vigente , se le detuvo por tráfico de drogas, falsificación documental y atentado contra agente de la autoridad.