En las últimas décadas, el precio de los vuelos ha caído considerablemente, lo que ha permitido que millones de personas puedan explorar el mundo como nunca antes. Esto ha hecho posible que los viajeros visiten una infinidad de lugares en distintos continentes. Sin embargo, no todos los destinos cumplen con las expectativas, y algunos incluso pueden llegar a decepcionar. Para evitar que los viajeros se sientan defraudados, Waynabox , una empresa especializada en viajes sorpresa , ha creado una lista con diez destinos europeos que podrían no estar a la altura de las expectativas. Tras organizar viajes por más de una década, los expertos de la compañía aseguran que estos no resultan tan impresionantes en la realidad como lo que prometen las postales. El Manneken Pis en Bruselas, Bélgica, es uno de los primeros en la lista. A pesar de su popularidad, muchos turistas se sorprenden al descubrir que esta famosa estatua es realmente pequeña. Además, siempre está rodeada de una multitud de visitantes, lo que puede restar encanto a la experiencia. La ventaja es que está cerca de la Grand-Place, por lo que al menos no se pierde mucho tiempo en verla. Stonehenge, en Salisbury, Reino Unido, tampoco logra convencer a todos. Aunque se trata de un sitio histórico de gran importancia, su lejanía lo convierte en un destino que consume un día completo de viaje. Además, el acceso está limitado y solo se puede observar desde una distancia considerable, lo que le quita parte de su imponencia. En Barcelona, dos de los lugares más concurridos, la Plaza Cataluña y Las Ramblas, han perdido parte de su encanto, especialmente para los habitantes locales. Waynabox asegura que se han convertido en un espacio demasiado turístico, y sugiere como alternativa la Plaza Real y el Paseo de Gracia. El Pueblo de Popeye, en Melliena, Malta, es otro destino que suele decepcionar. Originalmente construido como el set de una película, el lugar se promociona como una atracción turística, pero algunos visitantes señalan que está en mal estado y poco cuidado. Aun así, el mirador cercano ofrece una vista agradable sin necesidad de adentrarse en el parque. El Partenón en Atenas, Grecia, sigue siendo un sitio impresionante por su valor histórico, pero muchos se quejan de que las constantes restauraciones y los andamios que rodean el monumento le restan belleza. Aunque vale la pena visitarlo, quienes esperen capturar la clásica foto del monumento libre de obstáculos podrían quedar decepcionados. La Mona Lisa en el Museo del Louvre, París, es otro de los puntos destacados en la lista. Si bien es una obra maestra indiscutible, Waynabox advierte que perder medio día para verla de lejos, entre una multitud de turistas y móviles levantados, podría no ser la mejor inversión de tiempo, especialmente si la estancia en la ciudad es corta. En Roma, el Foro Romano también puede ser menos impresionante de lo esperado para aquellos que no cuenten con una visita guiada. La mayor parte de las ruinas son trazos en el suelo, lo que dificulta imaginar su grandeza pasada. Waynabox asegura que la experiencia cambia si se contrata una visita guiada , eso sí. El Parque de Futuroscope en Poitiers, Francia, tampoco ha logrado cautivar a la mayoría de los turistas que lo visitan. Además de ser costoso, el parque no ofrece una experiencia que justifique el gasto. Otros parques de atracciones como Disneyland París o el Parque de Astérix reciben recomendaciones mucho más positivas por parte de Waynabox. La Torre de Televisión de Berlín, Alemania, destaca por sus vistas panorámicas de la ciudad, pero algunos visitantes se sienten decepcionados al notar que, una vez en la torre, no pueden verla en el horizonte. La entrada también es bastante cara, lo que puede añadir a la frustración de quienes no encuentran las vistas tan espectaculares como esperaban. Finalmente, los Baños Termales de Széchenyi, en Budapest, Hungría, son un popular balneario que, pese a su fama, suele estar demasiado concurrido. En lugar de ser un refugio tranquilo para relajarse, se asemeja más a un parque acuático, con demasiada gente para disfrutar de una experiencia íntima o tranquila.