Tras sus casi dos años al frente de la marca alemana, Huettl se tiene que enfrentar a, posiblemente, el mayor reto por el que pasa la industria de automoción europea: el endurecimiento de los límites de CO2 en 2025. De no hacerlo, las multas para el sector podrían superar los 12.000 millones de euros. Su matriz, Stellantis, ya ha asignado la plataforma eléctrica STLA Small a la planta de Zaragoza. Esta será la base del próximo Corsa y Peugeot 208, y llegará a finales de 2026. —A Zaragoza ya se le ha sido asignada la plataforma STLA Small. ¿Cómo afecta esto a los planes de futuro? —No haré comentarios sobre posibles modelos que se produzcan ni nuestros planes de cara al futuro. Ese no es mi papel y no es el momento adecuado. Lo que sí puedo decir es que Zaragoza es importante para nosotros porque logra producir con gran calidad, ser competitiva en términos de coste y, al mismo tiempo, darnos la flexibilidad que necesitamos. Es una parte muy importante de nuestra huella industrial y hemos producido allí el Corsa desde hace más de 40 años, nuestro coche más vendido de la historia. Una cosa buena de Figueruelas es que es multi-energía y nos permite ofrecer a nuestros clientes modelos eléctricos y térmicos producidos en la misma línea. —¿Cuántos coches eléctricos debería vender Opel en la mezcla para evitar las multas de 2025? —Aunque las multas se calculan a nivel de grupo, para el año que viene calculamos que necesitaremos en torno al 24% de turismos eléctricos, y alrededor del 21% para los comerciales ligeros. Este año hemos completado nuestra gama con el Grandland y Frontera, que nos permiten vender eléctricos a segmentos en donde no contábamos con presencia. Estamos en una muy buena posición hoy para dar el paso al siguiente nivel de emisiones. —¿Los fabricantes se verán obligados a llevar a cabo acciones comerciales para alcanzar las emisiones? —Lo importante para nosotros es cumplir escrupulosamente la ley y evitar las sanciones. Haremos lo necesario para planificar el cumplimiento, y vamos a desarrollar la forma en que avanzamos. Es un desafío, pero confiamos en que vamos a cumplir los límites. —¿Sigue en pie el objetivo de ser una marca 100% eléctrica en 2028? —El mensaje más importante que tengo es que ya estamos listos hoy. Hemos introducido vehículos eléctricos con autonomías largas, y el Corsa y el Mokka llegan a los 400 kilómetros. El próximo capítulo es que los siguientes modelos que estamos desarrollando sean solo eléctricos. La oferta ya está lista para ser cero emisiones cuando el cliente o el mercado estén listos. —¿Cómo se concilia esto, especialmente en un mercado en el que las ventas del coche eléctrico están cayendo? — En Europa, el camino hacia la electromovilidad es dinámico. Este año ha sido una caída, pero se debe principalmente a la desaceleración del mercado alemán. En Reino Unido, Francia, Bélgica o Países Bajos han aumentado las ventas. En España, aunque el mercado es estable, estamos registrando indicios positivos, así que veremos cosas buenas dentro de poco. Para que la electromovilidad se desarrolle en un mercado, necesitas que se alineen algunos elementos. Primero, necesitas una oferta atractiva. Nosotros hemos conseguido bajar los precios de nuestros modelos y el Frontera eléctrico está por debajo de los 29.000 euros. Luego, necesitamos una infraestructura de carga. En España tenemos más de 36.000 estaciones públicas, un aumento del 10% entre el primer y segundo trimestre del año, lo que creo que es una buena dinámica. Además, este país cuenta con energía asequible. El precio del kilovatio está en torno a los 20 céntimos, lo que hace que recorrer 100 kilómetros en el Corsa cueste unos tres euros. —¿El Frontera no debería haber comenzado a venderse ya en España? —Los pedidos del Frontera están abiertos y la captación de los pedidos es muy buena. Hemos encontrado una gran receta para un público amplio y ahora mismo nuestras fábricas ya están comenzando a ensamblar, así que llegará a principios de 2025. —¿La llegada de la marca china Leapmotor a Stellantis ha afectado a la posición de Opel? —La industria está en una profunda transición en este momento y esto deja espacio para nuevas marcas, nuevas ideas y nuevos conceptos. Nuestro trabajo es darle la importancia a valores como la adherencia a la carretera, el aislamiento acústico, los buenos asientos y una red de distribución sólida. Esto es lo que define a Opel y nos pone en la parte alta de las generalistas. Estamos muy contentos de tener marcas nuevas en el porfolio de Stellantis y creo que Leapmotor es una gran incorporación. —¿Considera que son necesarios los aranceles al coches eléctrico chino? —Somos una empresa global que opera en todo el mundo, no podemos estar a favor de medidas como los aranceles, dado que no es una manera de apoyar el comercio global. —¿Considera el hidrógeno como una tecnología que pueda reemplazar al eléctrico? —El hidrógeno tiene muchas ventajas, y una de las importantes es que permite transportar energía verde desde el área de producción, que suele estar lejos de Europa, al área de consumo. Además, tiene una densidad energética muy alta. Sin embargo, no creo que pueda usarse en turismos de la manera que lo hacen las baterías en el futuro previsible. No es una tecnología para el volumen masivo de momento y nos queremos centrar en furgonetas.
