Las relaciones de pareja suelen atravesar dificultades que ambos deben enfrentar juntos para evitar que los problemas se acumulen. Si estas tensiones no se resuelven, pueden dar lugar a resentimientos que, en el peor de los casos, culminan en rupturas o infidelidades. Sobre este tema ha hablado recientemente Anja Vojta, una conocida coach de vida y relaciones. En un artículo publicado en la revista Your Tango, Vojta relata como una serie de circunstancias la llevaron a ser infiel con su pareja, detallando las dolorosas lecciones que aprendió de ese proceso. La primera lección que destaca Vojta es que la infidelidad nunca es accidental. Explica que cada traición está impulsada por una necesidad interna insatisfecha, que no siempre tiene que ver con la pareja engañada. En su caso, ha acabado identificando que su infidelidad fue el resultado de una baja autoestima. Reconoce que, en ese momento, buscaba validación externa, algo que solo ella misma podía haberse proporcionado, pero que no supo manejar en su momento. El segundo aprendizaje que comparte es que la intimidad a menudo se utiliza como una vía de escape para evitar enfrentar realidades dolorosas. Según Vojta, muchas personas recurren a la cercanía física para huir de problemas emocionales o personales que no saben cómo gestionar. En su experiencia, la infidelidad fue una forma de anestesiar temporalmente sus propias angustias y dificultades internas, lo que reflejaba que algo mucho más profundo estaba mal en su vida. Anja también reconoce que su relación con su expareja no estaba basada en el amor genuino que ella creyó en su momento. Admite que, aunque es posible amar y traicionar a la vez, en su caso su relación estaba marcada por patrones tóxicos más que por un amor verdadero. Este tipo de vínculos, comenta, a menudo se confunden con el amor, cuando en realidad se fundamentan en apegos poco saludables nacidos de traumas no resueltos. Finalmente, la coach subraya que incluso aquellos que cometen infidelidades merecen ser felices. A pesar del dolor que causó con su traición, Vojta insiste en que es importante liberarse de la vergüenza para poder sanar y aprender. Critica la estigmatización hacia quienes engañan, ya que muchas veces se ignoran las heridas emocionales que los llevan a actuar de esa manera. Según ella, la clave está en asumir las responsabilidades de los errores, pero también en no permitir que una mala decisión defina la vida entera de una persona.