Bosch, el mayor fabricante de componentes de automoción del mundo tiene en España varias fábricas clave para su negocio. Recientemente, la compañía llevó a cabo una jornada para mostrar los elementos que produce en nuestro país, que hacen de las fábricas de Madrid y Aranjuez dos puntos estratégicos en la movilidad del futuro. El director de la división automotriz de la empresa alemana, Ricardo Olalla, afirmó en una entrevista con ABC que «las fábricas españolas tienen un buen futuro. Madrid produce entre 35 y 40 millones de sensores al año, con un ciclo de menos de dos segundos y Aranjuez lo hace con tecnologías transversales». Concretamente, esta última se dedica a la fabricación de componentes del sistema Denoxtronic para el tratamiento de gases de escape; filtros y diversos componentes termoplásticos. Además, ha comenzado recientemente a fabricar dos nuevos productos relacionados con el vehículo eléctrico: el AC Interface del inversor de potencia para motores eléctricos y la carcasa del sensor de radar. Según la compañía, «la fábrica sigue un modelo altamente conectado que aprovecha al máximo los datos generados en sus procesos de fabricación y utiliza la automatización del transporte de material, la Realidad Aumentada y la IA para mejorar la eficiencia de sus operaciones». Vicente Alonso, director técnico de la planta, explica que: «Estos proyectos demuestran el liderazgo de Bosch en innovación y su inversión sustancial en I+D. El año pasado alcanzó unos 112 millones de facturació, con unas 300.000 piezas al día. Aranjuez, con 56 años de historia, se está consolidando como un centro para el desarrollo de tecnologías de vanguardia, especialmente para la movilidad del futuro». Bosch calcula que el 70% de todos los coches nuevos en Europa en 2030 serán eléctricos. Ante estas expectativas, Bosch España está invirtiendo en nuevos procesos y en productos para el coche eléctrico. Un ejemplo es el conector del inversor de potencia (AC Interface), un componente clave que transforma la corriente continua de la batería en corriente alterna de alta tensión para el motor eléctrico. Gracias a un proceso de fabricación flexible, la planta está desarrollando diferentes diseños, adaptándose a las necesidades de cada uno de los fabricantes de vehículos de los que es proveedor. Este proyecto fue seleccionado dentro del primer Perte VEC y le permitió comenzar a fabricar, por primera vez, componentes para el coche eléctrico. Además, Bosch está lanzando actualmente la sexta y séptima generación de su radar automotriz MRR. Aranjuez ha comenzado a fabricar su carcasa gracias a la fabricación flexible en aspectos como los tipos de pines de conexión, los tipos de conectores y las de fijaciones. El objetivo es implantar una primera línea en diciembre de este año, y ampliarla en 2025, buscando una capacidad productiva por línea en torno a 3,6 millones de piezas al año. Por otra parte, en la fábrica se lleva implementando un sistema de transporte de mercancías impulsado por combustibles renovables. Este proyecto está basado en el combustible renovable HVO (Aceite Vegetal Hidrotratado) sin necesidad de modificar los camiones. Este carburante reduce las emisiones de CO2 en más de un 80% y es completamente compatible con los motores diésel convencionales. Para este proyecto, a las plantas de Aranjuez y Madrid se les sumaron Rhenus, como operador logístico y Repsol como proveedor del combustible.