Cuando queda prácticamente una semana para que la Virgen de la Estrella se traslade bajo palio a la Catedral de Sevilla para la celebración del 25 aniversario de su coronación canónica , y a falta de solamente dos días para que la dolorosa llegue a la parroquia de San Jacinto para presidir allí el triduo extraordinario, los dos palios de la corporación del Domingo de Ramos ya se levantan sobre suelo trianero. El primero de ellos, obra centenaria de Juan Manuel Rodríguez Ojeda , apareció montado hace unos días en el templo en el que la hermandad residió durante siglo y medio, desde el que volverá a salir camino de la Seo hispalense el próximo jueves 31 de octubre, recreando una estampa histórica 48 años después . Este miércoles, sin embargo, ya se encuentra presidiendo San Jacinto con toda la candelería (prestada por la hermandad de la Resurrección) colocada y fundida. El techo y la bambalina frontal de este palio sirvieron como extraordinario dosel de la ceremonia de coronación en 1999. Paralelamente a esto, en la cercana capilla de la Estrella ya comenzado el montaje del otro de los palios con los que cuenta la hermandad trianera, diseñado por Antonio Garduño Navas y estrenado en 1995. Esta obra contemporánea, que fue el que cobijó a la Virgen en sus traslados de ida y vuelta hace veinticinco años, será trasladado a la Catedral para salir desde allí en la procesión triunfal de regreso a la capilla de la calle San Jacinto el próximo 2 de noviembre. La hermandad de la Estrella ha aprovechado la singular circunstancia de ser la única corporación sevillana con dos pasos de palio para tomar la salomónica decisión de lucir ambos en la calle, uno durante la ida y otro durante la vuelta de la Catedral. El conjunto de bordados cambiará por completo de una procesión a otra. Así, a la ida, la dolorosa trianera portará su manto de salida bordado por Consolación Sánchez , adquirido a la hermandad del Gran Poder en 1908, y en el regreso, el manto perteneciente precisamente a la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso , prestado por la hermandad de San Lorenzo para completar un conjunto entero de Garduño, incluidos los actuales faldones, estrenados el año de la coronación canónica.
