Los partidos del Córdoba a domicilio están escritos por el mismo guionista. Dominio del Córdoba con el balón en la primera mitad y una acción individual en contra que cambia el curso del partido. En este caso, no fue un penalti, pero sí una expulsión. Una rigurosa tarjeta roja en el minuto 40 de partido para Théo Zidane que obligó al Córdoba a hacer un ejercicio de resistencia. Bastante bueno para estar en un escenario tan complicado como Los Cármenes. Sin embargo, tras casi acariciar el meritorio punto, un gol de Diao en el tiempo de descuento le arrebató el empate al Córdoba que, aunque no puntúa, deja mejores sensaciones fuera de casa. Pocas novedades en el once que presentó Iván Ania. Tan solo el regreso de Calderón a la banda izquierda, que dejó su sitio la semana pasada en Albacete a Álex López, cuya actuación fue calificada como «correcta» por parte del técnico asturiano. Un entrenador que apostó de nuevo en la mediapunta por Théo Zidane, con Jacobo escorado a la izquierda ante la ausencia de Adilson. El plan funcionó en la primera mitad, hasta que otra polémica arbitral sacudió el encuentro. Nada más empezar, el Córdoba tuvo un tímido acercamiento y empezó a hacerse con el control de un balón que no quería perder. Théo Zidane lo intentó con un centro al que no pudo llegar Calderón al segundo palo. El cuadro blanquiverde estaba llevando el peso del partido en los primeros minutos ante un Granada más incómodo en su propia casa. Sin embargo, el Granada cuenta con una plantilla capaz de plantarse en el área rival en dos pases y capaz de generar peligro en cualquier acción. Lucas Boyé tuvo el gol nazarí en su cabeza tras un testarazo a bocajarro que atrapó Carlos Marín para salvar el primer gol en contra. Una más del guardián del Córdoba. A la contra estuvo también muy atento el Córdoba gracias a su buena presión. El portero rival Diego Mariño estuvo atento también al corte en una contra del Córdoba con Carracedo buscando a Casas en largo. Sin éxito. Tampoco lo tuvo Álex Sala con un disparo raso que buscó sorprender al portero, pero sin rumbo a portería. Jacobo probó suerte a través de su banda izquierda, se coló hasta línea de fondo para servir el balón a Antonio Casas, pero taponó bien la defensa del Granada. El dominio del Córdoba sobre el Granada era real, pero la ocasión más clara hasta el momento seguía siendo el cabezazo a bocajarro de Lucas Boyé. Y es que el Córdoba jugaba prácticamente en campo rival, aunque le faltaba una vez más esa claridad en los últimos metros, una finalización correcta. Además, hasta el momento, estaba realizando un partido serio, competido y en uno de los escenarios más complicados de la categoría al ser un equipo con aspiraciones de ascenso. Un Granada que generaba también peligro. Un remate de Weissman a la media vuelta tras un centro que atrapó abajo Carlos Marín. Sin duda, el protagonista del primer tiempo fue Théo Zidane. Pasó de tener una de las ocasiones más claras a ser expulsado. Tuvo un remate alto tras un centro de Calderón y luego intentó controlar un centro levantando en exceso la pierna. No vio al jugador rival que llegaba por detrás y se llevó un golpe en la cabeza. El árbitro expulsó sin pensarlo al cordobesista y ni entró el VAR a revisarlo . Una roja más que rigurosa que dejó al Córdoba una vez más tocado. Una vez más, una acción individual en contra cambiaría el rumbo del encuentro. No iba a ser fácil la segunda mitad para el Córdoba con un jugador menos. El Granada pisó el acelerador aunque el cuadro blanquiverde no renunció al ataque ni se encerró atrás. Adri Lapeña quiso sorprender con un disparo desde campo propio que no sorprendió a Diego Mariño. Poco daño del Córdoba y bastante peligro del Granada que avisó con el disparo de Ricard Sánchez. El cuadro de Fran Escribá obligó al Córdoba a emplearse a fondo en defensa para intentar mantener un meritorio punto en Los Cármenes. Con media hora por delante, Iván Ania hizo los primeros cambios. Se retiró Carracedo, que había sido duda durante la semana, para que entrase Ander Yoldi. Respiró algo el Córdoba con un saque de esquina en medio de las embestidas granadinas, que aprovecharon la superioridad en el terreno de juego. La tuvo Lucas Boyé de nuevo con un cabezazo y la tuvo Théo Corbernau. Dos acciones más de Carlos Marín que, una vez más, optaba al premio del mejor jugador del partido. El Córdoba necesitaba piernas frescas para mantener el tipo en los últimos minutos pues estaba luchando con uno menos desde el minuto 40. Para ello entraron Genaro y Obolskii. El delantero ruso estuvo a punto de adelantar a los blanquiverdes tras un disparo a la media vuelta que se marchó rozando el palo. Iván Ania también le dio la oportunidad a Kuki Zalazar que reaparecía tras la lesión y metió más músculo en el centro del campo con Xavi Sintes. La recta final del partido era determinante para salir vivo de Los Cármenes. Cuando el partido estaba destinado a morir, llegaron los fantasmas del pasado que atormentan al Córdoba en cada partido a domicilio. Un error en el marcaje de Marvel propició una entrada del Granada por banda que terminó con el gol in extremis de Siren Diao (1-0, min. 91). Un jarro de agua fría para los chicos de Iván Ania que no habían sido inferiores a su rival en el juego, pero que caen presos una vez más de sus errores defensivos.
