La escasa producción legislativa del Ejecutivo es inversamente proporcional a los efectos negativos que genera en el problema que se pretendía resolver. Es paradigmático en este apartado la ley de Vivienda que ha operado efectos muy nocivos en el mercado, que ha visto reducida drásticamente la oferta mientras los precios siguen subiendo. Es decir, todo lo contrario de lo que supuestamente perseguía la norma. Al otro lado del mercado, en el de los arrendadores, los efectos también son negativos pues como se temía sólo ha beneficiado a los inquilinos morosos, que han duplicado el tiempo medio de los lanzamientos por impagos enterrando las solicitudes en una montaña de papeleo administrativo –desde el registro a la certificación de la «vulnerabilidad» del...
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