Como avisaban las previsiones, la lluvia se ha convertido este sábado en la protagonista del desfile militar que se ha celebrado en el centro de Madrid por el Día de la Fiesta Nacional. El mal tiempo ha obligado a suspender el desfile aéreo y el salto paracaidista con la bandera, pero no ha librado a Pedro Sánchez de ser pitado por algunos de los ciudadanos que han desafiado al temporal. El aguacero que desde primera hora de la mañana caía en la capital ha disuadido a muchos madrileños de salir a la calle a ver a sus Fuerzas Armadas, aunque algunos fieles se han agolpado a lo largo del kilómetro y medio de recorrido previsto a lo largo del paseo del Prado. La llegada del presidente del Gobierno a la zona de autoridades ha sido discreta, sin anuncio por megafonía . Eso no ha evitado que pitos y abucheos hayan sido audibles desde la zona de autoridades, aunque mucho más suaves que en anteriores ediciones. Los Reyes han sido recibidos a su llegada por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante general Teodoro López Calderón; la ministra de Defensa, Margarita Robles; y el alcalde la capital, José Luis Martínez Almeida. Bajo una lluvia cada más intensa han dado comienzo los actos, aunque sin desfile aéreo debido a las malas condiciones de nubosidad y visibilidad. Tampoco han podido saltar los paracaidistas de la Patrulla Acrobática del Ejército del Aire (Papea), que este año tenía previsto descender con dos banderas, la de España y la conmemorativa del décimo aniversario de la proclamación del Rey. Ni siquiera ha podido surcar el cielo de Madrid la Patrulla Águila, una de las más aplaudidas tradicionalmente por los ciudadanos cuando pinta en el aire los colores de la enseña nacional.