Este miércoles en los juzgados de Soria, Rosario Bermudo , de 73 años, hija ilegítima de Leoncio González de Gregorio , marido de Isabel Álvarez de Toledo , la duquesa de Medina Sidonia, más conocida como la 'duquesa roja', pleiteaba frente a dos de sus hermanos, lo que le queda por percibir de la herencia de su difunto padre. Y es que, con sus otros dos hermanos pequeños, Gabriel y Javier González de Gregorio , llegó a un acuerdo extra judicial que luego fue avalado por el juzgado. Fernando Osuna , abogado de Rosario Bermudo no quiere hablar de cifras económicas, sin embargo, otras fuentes consultadas señalan que algo más de 300.000 euros es lo que ambos hermanos le habrían entregado a su cliente para solucionar su parte de la herencia paterna . Por su parte, los otros dos hermanos, Leoncio y Pilar González de Gregorio han preferido agotar la vía judicial al no llegar a un entendimiento con su hermana. «Leoncio estaba muy indeciso antes de juicio, primero quería llegar a un acuerdo y luego no. Al final, no quiso firmar el pacto y por eso acudió a la vista», asegura el abogado de la demandante. Pilar González de Gregorio siempre amparándose en la ley y agotando todas las vías posibles ha intentado defender su herencia paterna de la que fue declarada heredera universal, mientras que a sus tres hermanos les correspondió la legítima. Pilar ha reconocido haberle ofrecido a Rosario pagarle con tierras, más de un centenar de bosque, la mayor parte heredadas de su padre. Pero esta no acepta y le reclama un millón y medio de euros en efectivo. Es por eso, por lo que la defensa de Pilar González de Gregorio confía en que sea la Justicia la que tenga la última palabra. En sus pocas manifestaciones públicas sobre este caso a lo largo de estos años, Pilar se ha mostrado muy molesta, sobre todo con la exhumación de su padre: «Yo y otro hermano nos ofrecimos hacernos las pruebas biológicas y evitar ese proceso. Ella aceptó y luego se negó». Este hecho es algo que no olvidará no solo por el coste moral que supuso, sino que además fue condenada al igual que sus otros tres hermanos a pagar la parte proporcional del proceso de exhumación. Después de más de doce años de litigios, Rosario Bermudo espera que en unos quinces días se conozca finalmente la sentencia en la que se decidirá a cuanto y como asciende la parte de la herencia que todavía le queda por percibir de sus otros dos hermanos, Pilar y Leoncio González de Gregorio. Aunque estos podrán recurrir, y el proceso demorarse de nuevo en el tiempo, el abogado de Rosario quiere ejecutarla de inmediato para que así pueda recibir el dinero cuanto antes. Puestos en contacto con Rosario para ver cómo se encuentra tras la vista y el acuerdo que ha llegado con dos de sus hermanos, está muy sincera asegura «No estoy nada contenta, a mí me dijeron que me iban a dar muchos millones y de eso luego nada de momento me he quedado sin ningún duro. Son muchos años de juicios y abogados, pruebas, etc. Para un pobre con un jornal –se refiere a la pensión de 800 euros con la que vive en un humilde piso de Torrejón de Ardoz y con la que cuida a su marido enfermo–, he tenido que pedir dinero y me he quitado las deudas y les había prometido a mis tres hijos pagarles las hipotecas y ya están arreglando los papeles, así que me he quedado sin nada. Espero que ahora en la sentencia de esta semana me den más». La guerra por el reconocimiento de la paternidad de Rosario Bermudo se remonta a 2014. Desde entonces, la resolución de este caso de filiación extramatrimonial se demoró nueve años en el tiempo hasta que el Tribunal Supremo le dio la razón reconociéndola como hija legítima del fallecido y permitiéndole además utilizar el apellido del padre y pudiendo acceder a la herencia. Para eso hizo falta un detective privado que consiguió el ADN de Leoncio, uno de los hermanos, en un sitio público. El análisis de ese ADN arrojó un porcentaje del 99,9 por ciento de hermandad y posteriormente la exhumación del cadáver de Leoncio González de Gregorio en Soria. Pero si algo retraso la resolución fueron los recursos de los cuatro hijos de Leoncio González de Gregorio –Leoncio Alonso, Pilar, Gabriel y Javier–. En los años 50, la madre de Rosario trabajó como sirvienta en la finca de Badajoz de la familia de Leoncio siendo menor de edad, donde se enamoró perdidamente de él. Cuando la familia supo que estaba embarazada, la despidieron y viajó a Madrid a limpiar escaleras. El bebé nacido de ese embarazo en 1951 fue Rosario, que nunca fue reconocida por la familia paterna. Ellos tampoco se volvieron a ver. La madre de Rosario se casó y tuvo otros seis hijos. Tuvieron una vida muy pobre, con muchas necesidades. Mientras tanto, Leoncio, su padre, se casó con la 'duquesa roja', heredera universal de una gran fortuna, con 16 títulos y Grande de España, con la que tuvo tres hijos, Leoncio, Pilar y Gabriel. Leoncio, ya separado de Isabel Álvarez de Toledo, murió de cáncer en 2008, dejando otro hijo extramatrimonial, Javier Isidro, sí reconocido. Dejó como herencia un patrimonio que algunos han cifrado en 17 millones de euros, aunque en el juicio no ha quedado del todo acreditado. La fortuna incluía fincas, joyas, obras de arte, casas y un palacio en la localidad soriana de Quintana Redonda. Para los González de Gregorio este ha sido un problema heredado ya que no conocían de la existencia de Rosario Bermudo. Ahora, tras tantos años de litigio y repercusión mediática, solo quieren acabar con este proceso y honrar el buen nombre de su padre.