Ana Fernández, lúcida y vital, de la cosecha del 65 en Valencina de la Concepción , es sevillana y el acento le sale cuando quiere. No es un despropósito a su tierra, a la que ama, sino una derivada más de su condición de actriz . El éxito, que ha mantenido con trabajo y dulzura, le llegó por esa película, 'Solas', de Benito Zambrano, que puso y supo poner el acento en el sufrimiento callado de la mujer. Sabe de sufrimientos, que es lorquiana, y de 'La casa de Bernarda Alba ' conoce hasta cuando hay que hacr una respiración. Precisamente por Federico García Lorca rompe una lanza, una lanza alegre, porque sabe que tiene su efigie en la plaza...
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