La victoria sevillista en el derbi de la última jornada da, como tantas otras veces, para interminables tertulias. O discusiones. O guasas. O las tres cosas a la vez. —Manolo, hijo, que llevo buscándote toda la mañana y no te encontraba en todo el edificio. Tampoco tenemos tantas oficinas aquí. ¿Es que te estabas escondiendo? ¿Y eso? —De verdad, vamos a tener la fiesta en paz, hombre. Estoy muy liado. —¿Pero cuánto de liado? ¿Más liado que Pellegrini con los derbis? ¿Menos? ¿Igual? —Sabía yo que tú me dabas el día. Y al Ingeniero no me lo nombres mucho hoy. Yo soy más del chileno que nadie, pero se le está yendo el invento. El cabreo que tengo es... —Jajaja,...
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