«¿Que está sucediendo en todos nosotros que perdemos la capacidad de fabular?», se pregunta Lola López Mondejár (Molina de Segura, 1958) en las páginas de 'Sin relato'. En realidad, se lo pregunta ella y se lo pregunta también, o por lo menos debería, toda la sociedad, razón por la que sus reflexiones alrededor de las identidades narrativas, el vaciamiento del mundo interior y la merma del pensamiento crítico le han valido el 52 premio Anagrama de Ensayo, dotado con 10.000 euros. El interrogante, en este caso, no acaba ahí, ya que lo que se propone la escritora y psicoanalista es intentar comprender cómo es que el individuo posmoderno, nativo digital en su gran mayoría, «tiene una dificultad cada vez más agudizada para contarse a sí mismo y elaborar un relato». «Es la gran contradicción de la época. Ahora que tenemos más narraciones y relatos que nunca el sujeto se siente singularmente perdido. Se nos interpela a la sobreexposición mediada por pantallas y tenemos más dificultades que nunca para contarnos y contar», sostiene Remedios Zafra, portavoz del jurado que ha distinguido 'Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad' por, entre otras cosas, «hacer convivir el trabajo erudito con uno reflexivo de voz propia». Explica López Mondéjar, autora también de 'Invulnerables e invertebrados', que se ha propuesto entregar una «ontología del presente» que explique las causas y consecuencias unos tiempos de velocidad y vacío. De dictadura algorítmica y virtualidad desatada. «Vivimos tan deprisa que nuestras experiencias tienen dificultad para dejar huella psíquica. Estamos en una individualidad sin sujeto», ha explicado la autora durante el anuncio de fallo en Barcelona. El mundo digital, añade, no hace más que agravar la situación y reforzar el deseo de no-fricción. Y las consecuencias, insiste, pueden ser catastróficas. «Pienso que los mismos mecanismos que movieron a aquellos hombres huecos que hicieron posible el nazismo están exacerbados hoy en nuestra sociedad digital, y que los peligros que implica la sumisión la sumisión a una presión social acéfala y multiforme nos acechan con mayor motivo en la actualidad», escribe. En 'Sin relato', que llega a las librerías este miércoles, se alerta de la deshumanización que acompaña a la atrofia de la capacidad narrativa y la huida del pensamiento crítico. «Los algoritmos nos están convirtiendo en cíborgs psíquicos. La presencia constante de los dispositivos ha hecho que no tengamos espacio para la imaginación ni capacidad de estar solos», lamenta. De ahí que la autonomía, sostiene, sean un bien cada vez más escaso. «Nos encontramos en un momento en que la mayoría de las individualidades son adhesivas, que se pegan a las propuestas sociales. Esto produce un vaciamiento del mundo psíquico. Se nos enseña a ser meros consumidores», ha explicado.