Un artista fundamentalmente apolítico utilizado en parte por el franquismo, y al que hay que quitarle esa lacra. Así habla 'The Times ', uno de los periódicos más prestigiosos de Europa, de la exposición 'De lo espiritual a lo profano', que protagonizan Julio Romero de Torres e Ignacio Zuloaga y que se ha inaugurado esta semana. El rotativo londinense dedica en su edición de este jueves un espacio con texto y tres fotografías a la muestra, en la doble página de apertura de la sección 'World' , que equivale a las noticias internacionales, y lo hace insistiendo en que el franquismo le dio una pátina de tópico que sólo ahora empieza a desaparecer. Ha sido el alcalde de Córdoba, José María Bellido , quien ha hablado este jueves sobre esta publicación en el debate del estado de la ciudad como un éxito que muestra su repercusión internacional. Al hablar de cómo se ha visto a Julio Romero de Torres, la reseña firmada por el crítico de arte Isambard Wilkinson insiste en vincular una cierta imagen del pintor y de su obra a la instrumentalización por parte de la dictadura. «Una exposición que pretende sacudirse la mancha de Franco », se titula el texto, que habla de una «desagracia póstuma» para el pintor: en 1953 «la dictadura franquista emitió un billete de 100 pesetas con una imagen del pintor y uno de sus cuadros. Era 'Fuensanta', el que alcanzó en 2006 el precio más alto de una subasta, con 1,2 millones de euros. El artículo de 'The Times' recuerda que el pintor murió «ocho años antes de que Franco Franco llegara al poder», cuando en realidad fueron seis, y había sido en gran medida apolítico . Sin embargo, «su asociación con la dictadura ha estigmatizado su trabajo desde entonces». «Sus pinturas de gitanos, feminidad y piedad han sido consideradas emblemáticas de una visión folclórica y chic de la España propugnada por Franco, cuyo régimen utilizó las pinturas para carteles turísticos en la década de 1960», continúa. En realidad muchos cuadros de Romero de Torres ya nacieron como carteles y otros muchos como almanaques publicitarios. La piedad tampoco está demasiado presente. Eso sí, para 'The Times' esta exposición nace para quitar esa mancha. El comisario, Óscar Fernández , asegura para el periódico londinense que «la dictadura se apropió de su trabajo para convertirlo en la iconografía de España». Después, reconoce que «la historia del arte se ha reescrito intentando colocar al artista en su lugar », y evitar que se le demonizase como a un reaccionario. Continúa en lo dicho sobre la muestra: se ha querido «mostrarlo en su momento histórico correcto, con un contemporáneo como Zuloaga. A partir de ahí recuerda la polémica creada en 1906 con 'Vividoras del amor ', tachada de inmoral. Esta carácter «transgresor» y la mezcla con un estilo clásico que siempre mantuvo es otra de las señas de identidad que el texto señala, según las declaraciones realizadas por Óscar Fernández. La insistencia en despojar del tópico marca un texto que pasa por alto que el estudio serio de la obra de Julio Romero de Torres comenzó hace décadas, y que las monografías y miradas científicas permitieron conocerlo mejor, valorar su obra y un éxito considerable de sus cuadros en las subastas. Grandes exposiciones , en Córdoba y en otras ciudades, desde Zaragoza hasta el Museo Carmen Thyssen de Málaga , pero también congresos como el que se hizo en Córdoba en 2003 paralelo a la magna exposición de entonces, son la muestra de que si hubo mancha franquista, en gran parte se ha ido borrando antes de 2024.