«Es alarmante que, en pleno siglo XXI, Guinea Ecuatorial esté siendo invadida por fuerzas extranjeras en tiempos de paz», asegura el opositor Armengol Engonga , quien asegura que el único objetivo de esas fuerzas es «mantener y prolongar un régimen dictatorial que, durante décadas, ha sometido al pueblo ecuatoguineano a la represión, la corrupción y la pobreza». Así se lo ha hecho saber Engonga, presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres , a través de una misiva en la que expresa su «profunda preocupación por la grave situación política, militar y social» que atraviesa el país. «El uso de mercenarios provenientes de Rusia , Bielorrusia, Israel y Uganda constituye una flagrante violación de nuestra soberanía nacional y de los principios fundamentales del derecho internacional» —asegura el opositor—. Así como «un claro reflejo de la desperación de un sistema que ha perdido toda legitimidad interna y que solo puede sostenerse a través del miedo y la intimidación». Según Engonga, la presencia de las fuerzas extranjeras en Guinea Ecuatorial «no hace más que evidenciar que Obiang está dispuesto a sacrificar la soberanía» de su país «para mantener su ambición personal y la de su familia», pues el dictador está preparando el terreno para asegurar la consolidación de su hijo, 'Teodorín' Nguema Obiang, como sucesor del poder. En ese sentido, el Engonga solicita a la ONU para que evalúe la posibilidad de aplicar medidas coercitivas que puedan restablecer la paz y la seguridad de Guinea Ecuatorial, incluso mediante el uso de la fuerza, como establece el artículo 42 de la Carta de las Naciones Unidas. «Solicitamos a la ONU y a la comunidad internacional que presten especial atención a la peligrosa militarización de Guinea Ecuatorial», asegura Engonga en la carta. «Pedimos que se evalúen medidas diplomáticas y sanciones que ejerzan presión sobre el régimen de Obiang, instándole a permitir una transición». «Guinea Ecuatorial no puede convertirse en un terreno fértil para la impunidad de mercenarios cuyo único interés es apuntalar dictaduras. La democracia es la única vía legítima para garantizar la convivencia, el desarrollo y el bienestar del pueblo ecuatoguineano».