Hablaba Jesús Nieto de la calle Leganitos, «que se ve como una cortadura urbana bajando desde Princesa . Parece, sin quererlo, una calle de Cuenca en la que uno se imagina penitentes». Y es que Madrid tiene esas cosas, Jesús. A ti, que te duele la ciudad, te hace penitente por quererla de otro modo, casi como si fuera un contrincante que te reta. Pero mira qué bien la escribes. Al final de eso se trata, Nieto. En muchas calles de Madrid te puedes quedar a vivir en ellas. No hace falta irse a Soria ni a Cuenca porque están las dos aquí, como Sevilla, Barcelona o cualquiera de Norteña. Tiene eso que se han traído todos, como Eugenio, el...
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