Un productor musical de Carolina del Norte totalmente desconocido, llamado Michael Smith, fue arrestado la semana pasada en Estados Unidos tras ser acusado de varios delitos, entre ellos fraude electrónico y lavado de dinero. Según la Oficina de Abogados del Distrito Sur de Nueva York, Smith estafó más de 10 millones de dólares en regalías empleando bots y canciones creadas con inteligencia artificial (IA) en plataformas de streaming como Spotify, Amazon Music, YouTube Music y Apple Music. Según una investigación del FBI junto a los abogados neoyorquinos, Smith habría utilizado miles de cuentas automatizadas para inflar artificialmente el número de reproducciones de música generada por inteligencia artificial , obteniendo hasta 661 mil reproducciones diarias, lo que incrementaba significativamente sus ingresos por regalías. El Mechanical Licensing Collective (MLC), organización encargada de distribuir regalías por streaming, comenzó a investigar a Smith el año pasado, cuando surgieron dudas sobre la velocidad con la que generaba nuevas composiciones. «Smith era consciente de que si, por ejemplo, una canción era reproducida mil millones de veces, levantaría sospechas desde las plataformas de streaming y de las compañías de distribución musical de que esas mismas reproducciones eran resultado de una manipulación», dice un comunicado de prensa de los investigadores del presunto fraude del productor, un hombre de 52 años sin recorrido conocido en la industria musical, cuyos abogados le han defendido asegurando haber «demostrado claramente que las obras de Michael Smith no son generadas por IA, sino que son de autoría humana». Según los letrados, Smith habría estado trabajando con la compañía de música creada por inteligencia artificial llamada 'CC-3', y con la promotora de nombre 'CC-4'. De esta forma, el productor recibía las canciones y usaba, además, generadores automáticos para producir nombres falsos tanto para los temas como para los artistas. Tras ser investigado y arrestado por el FBI por estas prácticas, Smith enfrenta tres cargos: conspiración electrónica para defraudar, lavado de dinero electrónico y fraude electrónico, por cada uno de los cuales podría ser condenado a 20 años de prisión. Smith ya estuvo en el punto de mira de los investigadores de fraudes electrónicos en 2019, cuando una de las plataformas de streaming lo señaló por inflar artificialmente sus reproducciones, acusación que el productor negó declarando: «Nunca he hecho nada para manipular mis streams». El asunto ha llegado a altas instancias del FBI, ya que su Directora Adjunta en funciones, Christie M. Curtis, ha dado unas declaraciones que dan buena cuenta de la intensidad de lainvestigación: «Michael Smith supuestamente produjo cientos de miles de canciones con inteligencia artificial y utilizó funciones automáticas para transmitir repetidamente la música para generar regalías ilegales por valor de 10 millones de dólares. El presunto plan del acusado jugaba con la integridad de la industria musical mediante un intento concertado de eludir las políticas de las plataformas de streaming. El FBI sigue dedicado a desplumar a quienes manipulan la tecnología avanzada para recibir beneficios ilícitos e infringir el genuino talento artístico de otros». La música en streaming se escucha mayoritariamente a través de plataformas como Amazon Music, Apple Music, Spotify y YouTube Music, y cada vez que una canción se transmite a través de una de ellas, el compositor que compuso la canción, el músico que la interpretó y, en algunos casos, otros titulares de derechos, tienen derecho a pequeños pagos de derechos. Los pagos de derechos se hacen proporcionalmente a los músicos y compositores, de modo que el fraude de streaming desvía fondos de los músicos y compositores cuyas canciones fueron reproducidas legítimamente por consumidores reales, a aquellos que utilizan la automatización para crear falsamente la apariencia de streaming legítimo. Smith distribuyó sus reproducciones automatizadas entre miles de canciones para evitar el streaming anómalo de una sola canción, ya que el productor era muy consciente de que si, por ejemplo, una sola canción se retransmitía mil millones de veces, las plataformas de streaming y las empresas de distribución musical sospecharían que esas retransmisiones eran el resultado de una manipulación del streaming. Así, repartió mil millones de streams falsos en decenas de miles de canciones, lo cual era más difíciles de detectar ya que cada canción sólo sería reproducida un número mucho menor de veces. En definitiva, Smith detectó la necesidad de hacer más canciones para facilitar el esquema de fraude, cosa que no ocultaba ya que tala como ha desvelado la investigación, el 26 de diciembre de 2018 envió un correo electrónico a dos coconspiradores en el que decía: «Necesitamos obtener una tonelada de canciones rápidamente para que esto funcione en el marco de las políticas antifraude que todos estos tipos están usando ahora».