Es oficial. Andriy Lunin renueva con el conjunto blanco hasta 2030 y volverá a luchar por quitarle minutos a Thibaut Courtois por lo menos hasta 2026, año de finalización del contrato del belga. El Real Madrid blinda su portería con un guardameta de confianzas y que ha dado la talla en los momentos que más se le necesitaba. Portero y club unieron sus caminos en 2018 cuando el jugador tenía tan solo 19 años y ascendió al primer equipo en 2020. Desde entonces, Lunin ha tenido la difícil tarea de buscarse un hueco en el once, estuviese quien estuviese en el banquillo sentado. También tenía una gran competencia: ha estado en la sombra del internacional con Bélgica, esperando pacientemente su momento para colocarse bajo los palos de la portería blanca. Llegaría su oportunidad de brillar y demostrar su fiabilidad tras la lesión de cruzado a principios de la temporada 2023-24. Superó con creces la presión que supone ser el portero del Real Madrid y regaló momentos importantes a la afición. En todas las retinas de los madridistas está grabada la tanda de penaltis contra el Manchester City en el Eithad Stadium, donde la sangre fría del guardameta fue clave para la fase a semifinales contra el Bayern. El ucraniano aparcó la decisión de renovar con el equipo que dirige Ancelotti cuando le fue presentada en su mesa. Su indecisión estaba motivada por la falta de minutos que podía volver a experimentar tras el regreso de Courtois. Pero, finalmente, se quedará seis años más en la capital español. Con esta renovación, el Real Madrid afianza un problema que podía ponerse en su contra tras la salida de Kepa Arizabalaga al Bournemouth de Andoni Iraola y, en un escenario imaginario, si hubiese una recaída del belga.