Hay una forma de viajar que no tiene nada que ver con esa ocupación masiva de las ciudades, ni con ese afán tan narcisista de autorretratarse por cazar un par de segundos de atención del otro. Esa manera de viajar consiste en leer. Esa filosofía del viaje lento es la que subyace en el ambicioso proyecto de la editorial Tintablanca, que este jueves presentó en el Instituto Cervantes la Colección Ciudades Patrimonio de la Humanidad , quince títulos escritos e ilustrados por algunos de los escritores y artistas más destacados del país. «Concluye un largo camino que emprendimos hace dos años cuando urdimos poner en pie un proyecto único», aseguró Manuel Mateo Pérez , editor de Tintablanca. «Y encontramos en ese esfuerzo al mejor aliado posible, al grupo de ciudades patrimonio de la humanidad. El reto era retratar de la mejor forma posible, desde la literatura, la ilustración, el dibujo y la belleza el imperecedero valor de quince de las ciudades más bellas de nuestro país». El propio Mateo Pérez se ha encargado de uno de los títulos de la serie, el dedicado a Úbeda, con ilustraciones de Paco Montañés . A esta nómina de autores se unen el director de ABC Cultural, Jesús García Calero (Alcalá de Henares, con Paula Varona), y colaboradores de este diario como Diego Doncel (Cáceres, con Nacho Vergara) o Carlos Aganzo (Ávila, con Ricardo Sánchez), así como escritores o periodistas como Espido Freire (Segovia), Juan Cruz (La Laguna), Antonio Colinas (Ibiza), Use Lahoz (Tarragona), Juan Eslava Galán (Toledo), Raúl del Pozo (Cuenca) o Marta Robles (Salamanca). Fanny Rubio (Baeza), Joaquín Pérez Azaústre (Córdoba), Inma Chacón (Mérida) y Daniel Asorey (Santiago de Compostela) completan el listado. Estos autores, destacó el responsable de Tintablanca, «conocen y se reconocen en estas ciudades que han recorrido, y que presentan de un modo original y único». Esta colección cuenta con el patrocinio del Grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Goretti Sanmartín , presidenta del grupo y alcaldesa de Santiago de Compostela, subrayó en su discurso de bienvenida que estos libros son un viaje interior y exterior, y por tanto unas miradas particularísimas a una serie de ciudades que están presentes en la cartografía emocional del país. «Están dirigidos al tipo de visitante que queremos que venga, que queremos que se una a nosotros, porque quiere conocer mucho más, conocer nuestra historia, nuestra identidad, nuestra singularidad, aquello que justamente hace que cada ciudad sea auténtica y diferente», afirmó Sanmartín. Rubén Viñuales , alcalde de Tarragona y presidente de la Comisión de Cultura de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, se refirió a la colección editada por Tintablanca como «una joya, un tesoro y además un viaje extraordinario». Al acto, celebrado en el auditorio del Instituto Cervantes, acudieron alcaldes de las ciudades protagonistas y buena parte de los autores e ilustradores que han plasmado sus experiencias. Marta Robles, autora del libro dedicado a Salamanca, dijo que gracias a él ha podido acercarse a la ciudad «con los ojos de lentitud» a los que varios intervinientes se refirieron. «Decidí mirarla de buena mañana, muy tempranito, una mañana de luz dorada, cuando precisamente no hay nadie en Salamanca, en esa ciudad siempre juiciosa, siempre repleta de turistas, con demasiada urgencia y demasiada prisa. Y además quise investigar ese lado mágico de Salamanca que a veces permanece oculto». Espido Freire, la escritora que firma el volumen dedicado a Segovia, rememoró su primer recuerdo de la ciudad, un día que sus padres la dejaron sola. «Para mí escribir siempre ha tenido que ver con esos cinco minutos de soledad, siempre ha tenido que ver con observar las cosas de un modo diferente». Daniel Asorey, compostelano, señaló que Santiago de Compostela ha nacido de un milagro: «Surge de la herida de un migrante, del cuerpo de un refugiado que llega a la ciudad en barca, y es un tema de suma actualidad». Asorey apuntó la necesidad de proteger las ciudades Patrimonio de la Humanidad y de hacer florecer la belleza que en ellas se esconde. Alicia Caboblanco, ilustradora del libro sobre Tarragona que ha escrito Use Lahoz, agradeció por su lado haber podido evocar las calles que transitó durante tres años, los años que estudió en la ciudad catalana. «He tratado de recoger todos esos detalles que a mí me fascinaban y me hacían la vida mejor», dijo, en otro elogio a la lentitud al que se sumó el periodista Juan Cruz: «Ojalá estos libros puedan influir en el rescate de una lentitud que acaso se ha ido rompiendo por culpa de cada uno de nosotros».