Rusia ha recibido más de 200 misiles balísticos de corto alcance procedentes de Irán destinados a reforzar su capacidad de ataque en Ucrania . Estos misiles, conocidos como Fath-360 , están equipados con una ojiva de 150 kg de explosivos de alta potencia y son capaces de superar las defensas antiaéreas. La colaboración entre ambos países se ha intensificado desde que se fabrican drones iraníes en suelo ruso. La llegada de estos misiles se confirma tras semanas de rumores. Días atrás el diario estadounidense 'Financial Times' ya adelantó esta noticia según sus fuentes ucranianas. S u objetivo sería equilibrar el poder de fuego ucraniano , que ha sido reforzado con sistemas HIMARS proporcionados por los países aliados. Estos misiles tácticos pueden ser usados para atacar tanto infraestructuras militares como ciudades clave en Ucrania, incluidas Kiev y otras zonas urbanas. Los Fath-360, también conocidos como BM-120, fueron presentados en abril de 2022 por Irán, y entraron rápidamente en servicio, ya que fueron utilizados durante ataques en el norte de Irak. Aunque se desconoce cuántas unidades posee el país asiático, se sabe que son fundamentales para su ejército, especialmente en misiones de ataque a corto alcance y para neutralizar defensas antiaéreas . Con un peso de casi 800 kilogramos , de una longitud aproxiamada de 5,1 metros y propulsados por combustible sólido, estos misiles alcanzan velocidades de hasta 3.672 km/h y están diseñados para un despliegue y lanzamiento rápidos. Igualmente, pueden ser disparados desde un lanzador montado en camión ( TEL ), lo que mejora su movilidad y permite la reubicación rápida después del disparo, una táctica conocida como 'dispara y corre' para evitar el fuego de contrabatería. A parte, los camiones lanzadores de seis ruedas mejoran la flexibilidad y capacidad de ataque . El sistema de guiado por satélite les permite tener una precisión alta con un margen de error de unos 30 metros. Además, tiene un alcance estimado entre 30 y 120 kilómetros , aunque algunas fuentes mencionan la posibilidad de abarcar hasta 150 kilómetros, lo que lo posiciona como un misil balístico de corto alcance (CRBM). Para coordinar las misiones, estos misiles requieren sistemas móviles de mando, protegidos contra interferencias electrónicas y equipados con radar y comunicación satelital, lo que asegura la eficacia en la coordinación de ataques en tiempo real.