Asómense a los carteles... No sé si es cierto eso de que se torea mejor que nunca, lo que sí sé es que nunca hubo un juego tan sucio entre el taurineo y los propios toreros. Que quien mandó siempre toreó con quien quiso y con la ganadería que quiso, eso no lo vamos a descubrir ahora; igual que no vamos a descubrir que lo del victimismo es más viejo que el hilo negro en todas las facetas de la vida. Pero hay algo insólito: a la injusticia (la más grande y grave de la historia) que contábamos en la newsletter de la pasada semana por la negativa de Pablo Hermoso a torear con Diego Ventura , se suma ahora...
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