Una de las labores más importantes desempeñadas por la Unidad de Medios Aéreos (UMA) de la DGT son las misiones de vigilancia y regulación del tráfico, pues constituyen el apoyo aéreo en las carreteras en la gestión del tráfico en operaciones salida y regreso en verano, Semana Santa o en puentes, en operaciones especiales, donde se producen grandes desplazamientos como la Operación Paso del Estrecho y en grandes concentraciones de vehículos, como ocurre en los premios de motociclismo y Fórmula 1: los helicópteros y los drones de la DGT transmiten imágenes en vivo del estado de las carreteras a los centros de gestión del tráfico de la propia DGT, donde se adoptan las medidas oportunas para dar seguridad y fluidez a la circulación. «Muchas de las informaciones sobre retenciones o accidentes en carretera que los conductores reciben a través de los paneles de mensaje variable son incidencias que los helicópteros transmiten a los centros de gestión», explica Alejandro Suárez , jefe de la Unidad de Medios Aéreos de la DGT. La UMA vuela todos los días del año en misiones de vigilancia, que se realizan especialmente sobre los tramos de carreteras con mayor siniestralidad. En estas misiones, los operadores de vídeo de helicópteros y drones captan y sancionan desde el aire «infracciones con riesgo potencial para la seguridad del resto de usuarios», afirma el jefe de la UMA: Actualmente, la UMA da cobertura a todo el territorio nacional con siete patrullas con base en A Coruña (en Santiago de Compostela), Valladolid, Sevilla, Málaga, Madrid, Valencia y Zaragoza. Y «las carreteras convencionales, que concentran el 75% de las víctimas mortales en vías interurbanas, ocupan la mayoría de las horas de vigilancia», apunta Suárez. Gracias a las cámaras de alta definición instaladas en las aeronaves, en estos vuelos de vigilancia los operadores detectan y pueden proponer sanciones ante todo tipo de comportamientos irregulares, ya sean excesos de velocidad, no usar el cinturón de seguridad, utilizar el teléfono móvil al volante, maniobras de riesgo como adelantamientos peligrosos o 'saltarse' una señal de stop en una intersección: «Es la misma vigilancia del cumplimiento de las normas por parte de los conductores que hacemos en tierra, pero desde el aire. Con la gran ventaja de que, desde el helicóptero, podemos vigilar mucho espacio en poco tiempo y ser selectivos a la hora de denunciar infracciones», afirma Eduardo Hernando, cabo primero de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y operador de radar con 15 años de experiencia. Hernando también destaca el valor disuasorio de estos vuelos: «A unos 200 m de altura se nos ve, el ciudadano se percata de nuestra presencia. Vigilamos tramos de carretera con presencia de ciclistas, motoristas y con siniestros por excesos de velocidad y tenemos constancia de que la presencia de los helicópteros en estas zonas reduce el número de siniestros». Asimismo, la Unidad de Medios Aéreos de la DGT interviene en las campañas especiales de vigilancia y control, realiza labores preventivas de vigilancia en rutas frecuentadas por ciclistas y motoristas, participa en jornadas de divulgación de seguridad vial, colabora con centros escolares, realiza grabaciones de puntos negros para estudios de seguridad vial y distribuye imágenes para medios de comunicación y campañas de concienciación vial.