El turismo español vive otro verano de euforia con un nuevo récord de llegada de viajeros foráneos y de gasto. Pero es una fiesta en la que el turista patrio está teniendo un papel secundario por los altos precios exigidos por alojamientos turísticos y aerolíneas . En julio, las pernoctaciones de españoles cayeron en hoteles, apartamentos turísticos y albergues y solo aumentaron en una opción de alojamiento: los campings, una de las opciones más baratas para no renunciar a las vacaciones. Es algo que queda constatado en la encuesta de ocupación en alojamientos turísticos extrahoteleros publicada por el INE en la que se revela que el número de pernoctaciones de turistas nacionales en campings aumentó un 6% en el mes de julio, mientras en los apartamentos vacacionales descendió un 5,1%, en los alojamientos rurales un 5,8% y en los albergues un 9,7%. Un claro síntoma de que el visitante patrio necesita dar un suspiro a su bolsillo tras tres años de gasto desenfrenado apoyado en el ahorro acumulado durante la época más dura de la pandemia. ¿Por qué el camping se ha puesto de moda? ¿Hay otros ingrendientes más allá del hecho de que es una opción barata? El CEO de HolaCamp, Alfonso Leprevost, defiende que el precio es un factor importante, pero no el único. «Existen bungalows 'premium' con características y precios comparables a los de un hotel, y aun así, hay quienes los prefieren», detalla. También apunta a que el camping es una opción de alojamiento que puede gustar porque fomenta la interacción y la conexión con las personas y el entorno. «Pasar tiempo al aire libre, rodeado de naturaleza, en espacios seguros donde se pueden compartir experiencias con otros huéspedes o con las personas con las que se viaja, genera una comunidad más sólida que la que se forma en un hotel o apartamento turístico, donde la interacción con el resto de los huéspedes o vecinos es mínima. Además, el camping ofrece actividades para adultos y niños, brindando experiencias únicas y nuevas», añade. En la misma línea, Leprevost defiende que no es solo una alternativa para bolsillos menos pudientes. «Tenemos clientes muy diversos tanto de nacionalidades como de edades, diferentes tipos de viaje en familia, pareja, amigos, diferentes clases sociales... en el camping lo bonito es que convive el que viene a una parcela con su propia tienda de campaña, con una caravana de alta gama, o con el que se hospeda en una tienda de nuestras tiendas de lujo». Pero lo cierto es que el camping firma sus mejores números coincidiendo con el verano de récord de precios que han exhibido apartamentos en la playa y hoteles a los que ha mantenido a flote el turista extranjero. Aún así, a falta de conocer las cifras de los viajeros nacionales en agosto, en el mes de julio algunos destinos acusaron y mucho su pérdida de poder adquisitivo. Como ya contó este periódico , los hoteles de Menorca perdieron durante el séptimo mes del año un 30% de las pernoctaciones de españoles que tuvieron durante el mismo periodo del año anterior. Y esa fiebre se extendió a los destinos más concurridos por el visitante patrio como la Costa Brava , donde las noches de hotel cayeron un 13%, o en la Costa Dorada y la Costa del Sol donde lo hicieron un 13% y un 11,4% respectivamente. En el caso de la Costa del Sol , que incumbe a localidades como Torremolinos, Fuengirola, Benalmádena y Marbella, se ha vivido un julio dramático con el turista nacional. No solo en los hoteles, porque las pernoctaciones en apartamentos turísticos se han desplomado en la zona un 37% y el número de visitantes españoles alojados en pisos lo ha hecho más de un 50% desde los 61.000 del año pasado hasta los 28.965 de hace dos meses. En la Costa Brava y la Costa Dorada también han descendido las estancias de españoles pero de manera más leve: en la primera las pernoctaciones han descendido un 2% y en la segunda lo ha hecho un 8,8%. La pérdida de músculo nacional llega también a Baleares, uno de los destinos en el que los precios se han vuelto más prohibitivos. En julio las noches de nacionales en apartamentos descendieron un 13% en la isla de Mallorca, la de mayor capacidad de alojamiento del archipiélago. En el sector turístico aún no preocupan estas cifras porque la demanda extranjera está en máximos históricos y con ella pueden cubrir de sobra los huecos que deja el nacional. Pero las empresas ya calculan que la moderación en la llegada de extranjeros y del gasto podría empezar a llegar en otoño y cobrar más importancia en el verano de 2025, que es la época de más facturación para el sector, porque es cuando se convierte en el oasis de descanso para los turistas del norte de Europa. El gigante de la aviación 'low cost', Ryanair, ya avisó hace algunas semanas que la demanda no estaba respondiendo a los altos precios . Y eso es correlativo a lo que pueden sufrir los alojamientos turísticos, pues dependen de los pasajeros que sean capaces de traer las aerolíneas, que introducen al 80% de extranjeros que entran en España.