Su sabor y textura las hacen irresistibles para grandes y pequeños. Pero, más allá de su atractivo culinario, las cerezas ofrecen una serie de beneficios nutricionales que las convierten en una opción ideal para incorporarlas a la dieta diaria. ¿Es recomendable, entonces, comer cerezas todos los días? Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), las cerezas son una excelente fuente de hidratos de carbono, en su mayoría azúcares simples como la fructosa, glucosa y sacarosa. Estos azúcares naturales proporcionan energía rápida y, a pesar de su dulzura, las cerezas mantienen un valor calórico moderado. La fibra dietética es otro componente importante de las cerezas. Ésta no solo facilita la digestión y ayuda a prevenir el estreñimiento, sino que también desempeña un papel importante en la prevención de enfermedades crónicas. De este modo, una dieta rica cerezas puede contribuir a la reducción del riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, además de ayudar a mantener un peso saludable al prolongar la sensación de saciedad. En cuanto a las vitaminas, las cerezas son ricas en vitamina C, tiamina (B1), folatos (B9) y provitamina A. La vitamina C es conocida por sus propiedades antioxidantes y su papel en la síntesis de colágeno. La tiamina, por su parte, es vital para el metabolismo energético y el funcionamiento del sistema nervioso. Los folatos son imprescindibles para la formación de glóbulos rojos y el desarrollo adecuado durante el embarazo, mientras que la provitamina A es importante para la visión y el mantenimiento del sistema inmunológico. El potasio es otro mineral abundante en las cerezas. Este mineral es esencial para el funcionamiento de los nervios y los músculos, así como para el equilibrio de los fluidos y los electrolitos en el cuerpo. La ingesta adecuada de potasio puede ayudar a reducir la presión arterial y disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas. Otro aspecto destacado de las cerezas es su alto contenido en antioxidantes, en particular, las antocianinas. Estos compuestos no solo aportan el característico color rojo de la fruta , sino que también poseen propiedades antiinflamatorias que favorecen la salud cardiovascular. Ayudan a mejorar la función de los vasos sanguíneos y a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Además de sus beneficios nutricionales, las cerezas pueden contribuir a mejorar la calidad del sueño. Contienen melatonina, una hormona que regula los ciclos de sueño-vigilia y puede ser útil para combatir el insomnio. Asimismo, sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes pueden favorecer la recuperación muscular después del ejercicio, lo que las convierte en una excelente opción para los deportistas.