Las freidoras de aire son uno de los electrodomésticos más demandados de los últimos años: tan sólo en 2023 se vendieron 1,6 millones de ejemplares . Cada vez más cocinas exigen este aparato que presenta múltiples beneficios frente a las freidoras normales, pues no sólo ahorras en aceites, sino que también es mucho más fácil de limpiar y puede contribuir a nuestra salud . Además, este producto es mucho más versátil que otros, pues se puede emplear como una especie de pequeño horno a la hora de cocinar muchos otros alimentos. Sin embargo, emplear una freidora de aire también puede tener unas desventajas que no todos los dueños de este aparato conocen. Y es que, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) , este electrodoméstico también esconde algún que otro riesgo que nos puede «obligar a controlar la temperatura máxima que alcanza la resistencia » dependiendo de las recetas que sigamos. El organismo ha advertido a todas las personas que utilizan este tipo de aparato eléctrico de que, si no tenemos cuidado con su utilización, este podría favorecer la formación de acrilamida, una sustancia tóxica y cancerígena . Pero ¿cuándo se forma y qué debemos hacer para evitarlo? La acrilamida surge especialmente con altas temperaturas , especialmente cuando los alimentos reciben también las partículas del humo. Aquellos productos en los que es más fácil que se formen son el café (cuando se quema o se recalienta), las patatas fritas, las galletas, los bizcochos o el pan . Tal y como explica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), la acrilamida «es una sustancia química que se crea de forma natural en productos alimenticios que contienen almidón durante procesos de cocinado cotidianos a altas temperaturas (fritura, tostado, asado y también durante procesos industriales a 120ºC y a baja humedad)». Exponernos a una sustancia tóxica y cancerígena como la acrilamida puede tener efectos seriamente nocivos para nuestro cuerpo. Tras su consumo, el tracto gastrointestinal absorbe este componente, se distribuye a todos los órganos y se metaboliza. Todo ello puede aumentar el riesgo de inflamación , dando como resultado un mayor riesgo de enfermedades cómo el cáncer . La OCU ha advertido que «cuando las patatas y los alimentos ricos en almidón se hornean a más de 195 ºC se favorece la formación de esta acrilamida tóxica y cancerígena». Para evitar que no se forme esta sustancia tóxica para los seres humanos, el organismo ha explicado que hay que seguir unos pasos para su buena utilización. La organización ha recomendado no superar los 180 ºC en la freidora de aire , estando el umbral máximo recomendado en 195ºC. Además, han insistido a los dueños de una freidora de aire en que se debe tener especial cuidado con esa temperatura cuando cocinamos patatas y bizcochos. Es por ello que desde la OCU aconsejan que se controle que la temperatura de la resistencia de la freidora se mantiene por debajo de este límite y piden que no lo sobrepase para evitar riesgos.
