La Sevilla del siglo XXI ya no tiene su centro en la Campana. Ni siquiera está en las Setas de la Encarnación, la Alameda ni en la Catedral y el Alcázar. La ciudad que se está proyectando ha puesto en el río el gran eje vertebrador de la nueva Sevilla que se construirá en las próximas décadas. El Guadalquivir fue el origen, la gran avenida por la que se reprodujo esta gran urbe que cruzó el charco y se convirtió en la capital del mundo. Hoy, cuando la ciudad pugna por alcanzar el largo radio de China, Sudamérica y Estados Unidos como hace cinco siglos, por fin ha entendido que es a través del río por donde se alcanza la...
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