El presidente Zelenski acaba de ejecutar el mayor cambio de gobierno desde que comenzó la invasión rusa a gran escala en Ucrania, en febrero de 2022. Seis ministros y otros altos funcionarios han presentado su renuncia en menos de un día. El despido más sonado ha sido el del titular de Exteriores, Dmytro Kuleba , que ocupaba el cargo desde 2020. Los cambios en el Ejecutivo no han sido una sorpresa. Cuando Zelenski despidió a cuatros de sus principales asesores en marzo de 2024 ya advirtió que los relevos en el poder político continuarían. No en vano, el mandatario ya lo explicó en su discurso nocturno del martes: «Las instituciones del Estado deben estar ordenadas para que Ucrania consiga los resultados necesarios». El diputado del partido Servidor del Pueblo y presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento, Oleksandr Merezhko, ha afirmado que esta reorganización estaba en marcha desde hacía mucho tiempo. «Nos esperan tiempos difíciles, un otoño y un invierno difíciles. Tal vez esta reestructuración esté relacionada de algún modo con el nuevo período de desafíos para Ucrania», explicó el legislador. El jefe de la formación de Zelenski en la Rada, David Arahamiya, confirmó en la tarde del martes que el «reinicio del Gobierno» se llevaría a cabo esta semana y afectaría a la mitad de la cúpula política. «Mañana es el día de los despidos y pasado mañana es el día de los nombramientos. La lista final se determinará en la reunión de facciones». La eventual salida de Kuleba del Gobierno ya había sido comentada por varios medios de comunicación ucranianos durante los últimos meses. Zelenski quiere que el área de política exterior «tenga un enfoque ligeramente diferente» y, así, perfilar una estrategia que asegure el apoyo de los socios occidentales, además de avanzar en los caminos de integración hacia la OTAN y la Unión Europea. Así que la viceprimera ministra para la Integración Europea y Euroatlántica, Olha Stefanishyna, será también reemplazada. Ella era la encargada de las negociaciones para la adhesión de Ucrania a la UE. Los relevos del Gobierno afectan a otros políticos muy populares como Alexander Kamyshin, ministro de Industrias Estratégicas. Kamyshin, antes de llegar al ministerio, había desempeñado una magnifica labor en la dirección de la empresa ferroviaria estatal Ukrzaliznytsia. Zelenski espera que el nuevo titular de esta cartera atraiga más inversiones de los socios en la industria de defensa del país. El presidente de la Rada Suprema -el Parlamento-, Ruslan Stefanchuk recibió también las cartas dimisión del ministro de Justicia, Denys Maliusk, y del ministro de Ecología, Ruslan Strilets. La última de las renuncias se conoció esta misma mañana con el despido de la titular de Reintegración de los Territorio Ocupados, Iryna Vereshchuk. A nivel de la política interna, el jefe de Estado de Ucrania espera que el nuevo Ejecutivo aumente la «interacción entre las autoridades centrales y las comunidades, especialmente ahora, cuando nos estamos preparando para la temporada de invierno». La renovación no sólo afecto al gabinete de ministros. Uno de los asesores de la Oficina Presidencial, Rotislav Shurma, ha sido cesado. Además, el director del Fondo de Propiedad Estatal de Ucrania (la organización responsable de las privatizaciones) Vitalii Koval deja su cargo tras solo nueve meses. La renovación del Gobierno ucraniano coincide con un de los momentos más delicados de Ucrania. Rusia mantiene los ataques indiscriminados contra las ciudades del país y su infraestructura civil. Este miércoles, un bombardeo sobre Leópolis dejó al menos 7 muertos entre los que se incluye tres niños y su madre. El día anterior, la ciudad de Poltava , en el centro del país, fue atacada con dos misiles rusos, provocando más de medio centenar de muertos. Kiev insta a los socios a enviar más sistemas de defensa aérea y permitir golpear el territorio ruso con armamento occidental. La cercanía de invierno también preocupa a las autoridades ante la precaria situación del sistema eléctrico. Las fuerzas de Moscú lanzaron esta primavera una campaña intensiva de ataques contra el sector energético de Ucrania. La ofensiva dañó la capacidad del país de generar energía y los sistemas de transmisión de electricidad. Los apagones de varias horas se registran por todo el país tras el último ataque ruso del 26 de agosto, cuando más de 200 proyectiles fueron lanzados contra varios puntos de la geografía ucraniana. El principal objetivo de este golpe era la infraestructura energética. Una de las primeras consecuencias de este ataque fue el despido del director de la compañía estatal Ukrenergo. En el campo de batalla la situación también es preocupante, con el avance sistemático de las fuerzas enemigas en la región de Donetsk. Las tropas de Moscú están a tan solo ocho kilómetros de Pokrovsk, ciudad clave en la región al servir de base logística para el Ejército ucraniano en la provincia parcialmente ocupada por Rusia desde 2014.