Era una etapa corta, 141 kilómetros, y de exigencia relativa, dos puertos de Segunda a mitad de recorrido. Pero viendo de donde venían, y con la mucha tela que aún falta por cortar, estaba claro que nadie en el pelotón iba a hacer un esfuerzo de más en la llegada de la Vuelta a Santander. Ganó Kaden Groves cumpliendo los pronósticos. El australiano, líder por puntos tras el abandono de Wout Van Aert , estrenó el maillot verde llevándose su tercer esprint con suficiencia. Lo hizo después de un minucioso trabajo de sus compañeros de equipo para acabar con la larga fuga de la jornada, que pese a todo se quedó cerca de culminar. [Directo: así hemos contado la 17ª etapa] El danés Joanas Gregaard, los franceses Thierry Champion y Thibault Guernalec y el español de Euskaltel Xabier Isasa fueron los héroes del día. Ellos pusieron la salsa necesaria para que la cosa no resultase un tostón. Se destacaron en el kilómetro dos, nada más salir de Arnuero, y juntos coronaron el Alto de la Estranguada y el Alto del Caracol, las dos trampas montañosas del día. Tras completar esa última aún quedaban setenta kilómetros hasta la meta. Todo un mundo. Por detrás, el pelotón se ahogaba en bostezos, aunque sin dejar nunca que la fuga se marchase más allá de los cinco minutos. Cuando había que apretar se turnaban el DSM, el Alpecin o el Kern Pharma, todos con algún velocista interesado en una llegada masiva. Dejaron hacer, con un evidente retraso sobre el horario previsto, hasta que a falta de treinta kilómetros se tocó a rebato. La diferencia se desplomó casi de golpe hasta tener a los aventureros casi a la vista. Pero curiosamente, no fue hasta que se entró en las calles de Santander cuando fueron engullidos. Para entonces ya arreciaba la lluvia sobre la Playa de El Sardinero, lo que daba un punto más de emoción al más que presumible esprint. Porque aún hubo una pequeña intentona de Victor Campenaerts y Mauro Schmid de sorprender al grupo, pero Alpecin cumplió con nota para que Groves se luciera. Este miércoles habrá una nueva oportunidad tanto para los amantes de las escapadas como para los velocistas. Partiendo desde Vitoria se llegará al Parque Natural de Izki. Serán 179,5 kilómetros con dos dificultades: el Alto de Rivas de Tereso (2ª categoría) y Puerto Herrera, pico de Primera que se coronará a más de cuarenta kilómetros para la meta.