Habemus presidenta . Todos cantan victoria y eso, a estas alturas de degradación política, es bueno en sí mismo por una simple razón: con este acuerdo se acabó la posibilidad en algunos momentos demasiado real de que el Gobierno impulsara un cambio en la ley para nombrar un nuevo CGPJ de mayoría progresista que eligiera con sesgo ideológico el centenar de puestos vacantes en cúpula de la judicatura. De modo que hoy hay que celebrar que la izquierda política haya alejado su larga mano de la Justicia. Aleluya. ¿Es inesperado el nombramiento de Isabel Perelló ? Sí, aunque cumple los requisitos pactados entre el PSOE y el PP: mujer y progresista, cualidades que cumplían siete vocales, ni más ni menos,...
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