Cuando se habla de estar sano generalmente se toca el tema sobre la nutrición y es que una dieta balanceada suele ser ideal para conseguir beneficios saludables . Además, el comer sano está asociado a la mejora de calidad de vida, a la reducción en el riesgo de padecer cáncer y diabetes. A su vez, mejora la digestión, la salud cardiovascular, fortalece el sistema inmunológico y aporta energía. Pero hay quienes no sólo buscan tener una vida más sana, sino más larga. Un estudio elaborado por Marcus Feldman de la Universidad de Stanford echa por la borda la teoría de que para vivir más basta con hacer ejercicio y comer sano. Según la investigación los seres humanos y otros primates suelen tener vidas más largas que otros mamíferos de igual masa corporal, además de que se reproducen con menos frecuencia que estos últimos. El estudio explica que hay diferencia entre las especies que se reproducen más que otras. Pero, además, añade que el cuidado materno influye en la esperanza de vida de estas. Y es que señala que las crías de algunas son independientes de sus madres tras un aporte nutricional, mientras que otras demuestran una dependencia completa. Con lo cual, el informe destaca que estos «ejes de variación están relacionados causalmente entre sí». Por tanto, se ha llegado a la conclusión de que cuando « la supervivencia materna tiene un fuerte impacto en la supervivencia de la descendencia» las poblaciones evolucionan hacia vidas más largas con una reproducción menos frecuente.