Llega el otoño. Y con él, la caída de las hojas, los días cortos, la lluvia, la melancolía. La vuelta a la rutina genera un sentimiento de nostalgia, pero también de confort al sumirnos en los ritos cotidianos. Son los hábitos que nos protegen de los embates del tiempo. Estos días ha llovido en Madrid durante la noche. La ciudad estaba extrañamente vacía, el viento sacudía las hojas de los árboles, las calles, llenas de charcos. El preludio de un otoño que no sabemos lo que nos va a deparar. Casi todos los medios han incluido en sus páginas el pasado fin de semana análisis sobre las expectativas del nuevo curso político. Y han puesto su atención al anuncio de...
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