Cuando ha terminado la avalancha de turistas de agosto aún es un gran momento para una escapada a la playa. Por ejemplo, al cercano Algarve, con dos playas próximas entre sí, a unos veinte kilómetros de distancia, y dos pueblos interesantes para completar la escapada. La playa de Monte Clérigo pertenece al municipio de Aljezur , capital de la Costa Vicentina , la que va desde el río Seixe hasta el Cabo de San Vicente, y es la playa que ocupa el puesto de plata en el ranking de mejores playas europeas elaborado por European Best Destinations. ¿Qué encontraremos en ella? Dunas, acantilados, un extenso arenal de fácil acceso, una plataforma rocosa en la zona sur… Estamos ante un pequeño paraíso poco conocido de gran belleza y calidad medioambiental que conserva su atractivo también en otoño. La playa mantiene todo su encanto porque el Parque Natural de la Costa Vicentina la protege de grandes edificios y construcciones; tan sólo encontraremos junto a ella las pintorescas casitas que forman el pueblo de pescadores del que toma su nombre y que miran la playa desde lo alto. En la bajamar, la playa se vuelve un lugar muy interesante para los amantes de los animales marinos: pequeños cangrejos, estrellas de mar y hasta pulpos y erizos de mar se dejan ver con facilidad entre las rocas. Cuando baja la marea, también se forma una laguna poco profunda donde los niños pueden disfrutar sin preocuparse por las olas. Por todo ello, Monte Clérigo es una playa muy valorada por las familias. En Aljezur podremos subir a ver el castillo y, desde ahí, disfrutar de la panorámica. Aunque lo mejor es callejear por sus rincones más pintorescos, acercarse hasta la Casa del Pintor José Cercas (Aljezur, 1914 - 1992) y disfrutar de la tranquilidad del municipio. Media hora en coche separan esta playa de la de Odeceixe, situada en la desembocadura del río Seixe , frontera natural entre la región del Algarve y el Alentejo. Séptimo puesto en este ranking de mejores playas europeas, realmente es como si estuviéramos hablando de dos playas en una, ya que se trata de una amplia lengua de arena situada entre el agua dulce del río y el agua salada del océano. Desde el Mirador de la Ribeira de Seixe tendrás una excelente vista de este doble paisaje. La playa de Odeceixe, una de las más famosas de Portugal, está rodeada de acantilados y a ella acuden numerosos surfistas, familias y amantes de la naturaleza. En la parte que mira al Atlántico, las olas llegan con fuerza, como les gusta a los riders. Pero al mismo tiempo, también se forman lagunas de aguas poco profundas, perfectas para baños tranquilos. Y en la zona fluvial se pueden alquilar embarcaciones y, con un poco de suerte, ver los animales que tienen allí su hábitat, como la nutria o el martín pescador. Odeceixe es un pueblecito de casitas blancas que en su día fue meca del movimiento hippie y que hoy adoran los surferos .