El Sevilla FC llega al primer parón internacional de la temporada de la peor forma posible: en puestos de descenso y sin conocer aún la victoria. El proyecto de regeneración del equipo aún no termina de arrancar y el nerviosismo se hizo notar en Nervión. Los pitos y gritos contra la directiva volvieron a resonar con fuerza desde la grada, creando un ambiente difícil de digerir. Lo vivió en sus propias carnes Saúl Ñíguez , que tuvo que ver el Sevilla - Girona desde la grada tras su expulsión contra el Mallorca. Una pérdida que se notó durante el encuentro, puesto que, sin el ilicitano, el equipo tuvo mucho menos peso en el centro del campo. El ex del Atlético de Madrid tampoco estará disponible para el partido del Getafe de después del parón. No obstante, el jugador ha llegado a Nervión con la idea de asumir el liderazgo dentro del vestuario. De ahí que pidiera a la afición paciencia ante un proyecto que acaba de echar a andar: «Entiendo las críticas, pero no es el mejor momento, sigamos todos juntos que cambiaremos esta situación, estoy seguro. Confío en el trabajo que está haciendo el equipo. Es cuestión de tiempo», afirmó. Ante la marcha de Ocampos, uno de los jugadores referentes para el sevillismo, Saúl ha decidido dar un paso hacia delante y tirar del carro. Un nuevo capitán para un Sevilla en construcción, que pide a gritos más tiempo.
