Nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan multitud de nutrientes para funcionar de la manera corresta y encontrarnos sanos y con energía . Estos se consiguen, principalmente, de los alimentos que tomamos día a día, aunque, en ocasiones, también se obtienen en forma de suplementos por receta o recomendación médica. Aunque todos son importantes en su medida, hoy te hablamos de un nutriente del que seguro que has oido hablar últimamente, ya que interviene en múltiples aspectos cruciales para un buen funcionamiento de nuestro organismo . Este es el magnesio , el cual es uno de los minerales imprescindibles para el cuerpo. Entre algunas de los aspectos en los que interviene encontramos el correcto funcinamiento de la musculatura, la salud cerebral y del sistema nervioso o la regulación de glucosa en sangre. A continuación te contamos más sobre este nutriente, sobre cómo afecta al cuerpo tomarlo y a qué hora es más recomendable su ingesta. Según indican desde la web 'MedlinePlus', el magnesio es necesario para más de 300 reacciones bioquímicas en el cuerpo . Si lo tomamos a diario, estaremos ayudando, como adelantábamos, a que nuestros músculos y nervios funcionen bien, ayuda a que el sistema inmunitario esté sano, mantiene constantes los latidos del corazón y promueve que nuestros huesos estén fuertes. Además, ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre, protegiendo de la diabetes y es necesario para la producción de proteína, aportándonos también energía. Aplicado sobre todo a las personas que toman suplementos de este mineral, Frank Suárez, especialista en Obesidad y Metabolismo, explicó a la hora a la que es mejor tomar magnesio. «Después de usar magnesio por 18 años, hemos trabajado con más de 120.000 personas, encontré que hay algunas personas que si toman el magnesio en vez de ponerlos a dormir los despertaba [...] ¿Cuál es el porqué? Es que el cuerpo trabaja en un ciclo, el ciclo circadiano , que es como un reloj interno que tiene el cuerpo y, el magnesio, es un mineral, y como todos los minerales, es un metal, como es un metal, es difícil de digerir», empieza explicando. «La hora en que te lo tomes, tiene todo que ver, ese fue el descubrimiento...», indica. «Ese magnesio para que el cuerpo lo pueda utilizar tiene que entrar al estómago, y este produce ácido hidroclórico . Ese ácido es el que te permite digerir los metales como el magnesio. [...] Las personas que tienen un sistema nervioso excitado o tienen hipotiroidismo, tienen una condición, hipoclorhidria, poca producción de ácido en el estómago para poder digerir cosas como el magnesio», cuenta. Así, indica que sobre todo para las personas con esa condición, aunque afecta a todas, se debe tener en cuenta que: «la producción de ese ácido deja de funcionar después de las seis de la tarde. Después de esa hora el cuerpo se prepara para dormir y ya no digiere bien. Por eso es que la gente con sistema nervioso excitado si comen tarde por la noche no duermen. Y las personas que tienen un sistema nervioso pasivo, se pueden comer una cosa grasosa a las dos de la mañana y duermo como quiero. Si vas a tomar magnesio y quieres el efecto y que no te vaya a despertar, tienes que digerirlo, y para ello tienes que tomártelo a las seis de la tarde o más temprano . De esa forma todavía tu cuerpo está produciendo ácido, lo puede digerir y el magnesio te va a dar los beneficios que tú mereces tener», finaliza el experto. La cantidad de magnesio que necesita cada persona l o determinan tanto su edad como su sexo y, desde el National Institutes o Health (NIH) , indican lo siguiente: Debemos tener en cuenta que, siempre que sea posible, es más sano tomar el magnesio de manera natural a través de la alimentación que tomar suplementos, y estos últimos deben tomarse bajo la supervisión de un médico. Así, antes de plantearte tomar suplementos , puede ser bueno que aumentes la ingesta de alimentos ricos en magnesio. Algunos de ellos son: las legumbres, nueces, pistachos, avellanas, hortalizas de hoja verde como la espinaca o la acelga, los caracoles, semillas, cereales integrales, leche, yogurt, frutas, chocolate, las sardinas o las gambas.