Todo aquel que tenga un perro sabrá cómo se comporta su mascota cuando está a punto de que le proporcionemos el cuenco con su comida: se agita, mueve la cola, su corazón se le acelera, no puede esperar. Cuando empieza a comer, se tranquiliza. Los neurólogos han descubierto que los mamíferos tenemos un cerebro con un hipotálamo que funciona de manera similar en los perros, en los humanos y en muchos otros animales. Lo que llaman el «circuito de la búsqueda» provoca que nos excitemos para conseguir un objetivo, pero, con frecuencia, cuando lo logramos, el placer es menor de lo que preveíamos. Por el contrario, cuando no esperamos nada y la vida nos sorprende, nuestro cerebro nos inunda de...
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