Jannik Sinner, Alexander Zverev, Casper Ruud o Daniil Medvedev desayunaron ayer en sus hoteles de Manhattan con buen ánimo. En la tele, las imágenes de la derrota de Novak Djokovic en la central del US Open pocas horas antes, en la medianoche del viernes. Y con otro fiasco inesperado, el de Carlos Alcaraz, fresco en la memoria. Las derrotas de la Vieja Guardia -el serbio es su mejor representante- y la Nueva Guardia -el murciano es el único que de verdad ha recogido el testigo- han limpiado el cuadro. La copa plateada del US Open está para quien la quiera coger. «Alcaraz está fuera, yo estoy fuera, son grandes derrotas», reconoció Djokovic tras caer por sorpresa en tercera ronda con el australiano Alexei Popyrin (6-4, 6-4, 2-6, 6-4). «El cuadro está muy abierto», añadió el ganador de 24 'grandes', que este año -operación de rodilla, oro en París frente a Alcaraz- se despide de la temporada Grand Slam sin ningún título, algo que no ocurría desde 2017. «Cualquiera se lo puede llevar. Será interesante ver quién lo logra». Como apuntó el propio serbio, Sinner se erigía ayer como mayor favorito. El italiano, de 23 años, apunta a construir una rivalidad legendaria con Alcaraz. De momento, solo ha ganado un 'grande' -Australia este año, el murciano ha levantado ya cuatro-, pero este año ha ascendido hasta el número uno. Al cierre de esta edición, todavía no había acabado su partido de tercera ronda frente a Christopher O'Connell. El australiano, número 87 del mundo, nunca había pasado de esa fase en un 'grande', y no debería ser rival, pero los antecedentes de Alcaraz y Djokovic probablemente hayan puesto las orejas tiesas al italiano y al resto de aspirantes. Más tarde, a última hora de la noche de ayer, era el turno del único de los favoritos que quedan en el torneo que sabe lo que es ganar aquí: Medvedev, que se veía con Flavio Cobolli. Este US Open, sin embargo, es ante todo una oportunidad inmejorable para algunos que han llamado a las puertas de la gloria de los 'grand slam' pero nunca lo han logrado. El que más cerca ha estado ha sido el noruego Ruud , con tres finales en los tres últimos años, incluida una aquí en 2022, la que perdió en el primer 'grande' de Alcaraz. Otro que tiene que aprovechar estas debacles de favoritos es Zverev . Llegó aquí a la final en 2020 y en París este año. Con Medvedev, eran los máximos exponentes de la llamada 'Next Gen' original, pero que podría convertirse en la 'generación perdida'. Estaban entre los llamados a suceder al 'Big Three', los tres grandes del tenis contemporáneo, la dictadura de Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer que ha dominado el tenis de este siglo. Pero el 'Big Three' alargó más de lo que se esperaba ese dominio -en especial, Nadal y, sobre todo, Djokovic-, acumulando 'grandes' bien entrada la treintena, y Medvedev y Zverev podrían quedar ahora a la sombra del ímpetu de Alcaraz y Sinner. Quizá con la excepción del italiano, ninguno de ellos parece un favorito incontestable. Y abre la puerta a un tercer grupo, clase media del circuito, que podrían aprovechar las circunstancias: los estadounidenses Francis Tiafoe y Taylor Fritz, el ruso Andrey Rublev o el búlgaro Grigor Dimitrov. Pero seguro hay otros tenistas, aún menos protagonistas, que piensan 'esta es la mía'. El adiós de Djokovic, que no pudo hacer por novena vez la machada de remontar dos sets en contra frente a un Popyrin impresionante con su saque y con una derecha contundente, es quizá la señal de una nueva era. Esta temporada es la primera desde 2002 en la que no gana un 'grande' alguien con el apellido Djokovic, Nadal o Federer.