Estaba siendo un verano razonablemente tranquilo en la lucha contra el fuego. En buena parte ayudado por las abundantes lluvias de junio y julio, apenas se registraron fuegos de consideración en el arranque de la campaña estival antiincendios en Galicia. Pero llegó agosto y empañó la estadística: cinco focos de envergadura en el octavo mes del año, que arrasaron un total de 230 hectáreas, sobresaltaron varias localidades de la provincia de Orense y también de la de Pontevedra. Durante los meses de junio y septiembre apenas se notificaron incendios en la Comunidad Autónoma, según datos de la Consellería de Medio Rural recopilados por Europa Press. Además, los pocos que se registraron fueron de escasa entidad. Agosto, sin embargo, ha elevado la media del verano, con tres incendios importantes en la provincia de Orense y otros dos en Pontevedra. El más grande de ellos se registró el pasado 23 de agosto en el término municipal de A Gudiña (Orense). El mayor incendio del verano en la Comunidad Autónoma calcinó, antes de poder ser extinguido, un total de 75 hectáreas. Se había iniciado en la parroquia de Pentes, sobre las 17.30 horas, pero acabó afectando también a las parroquias de San Lázaro y Erosa. El incendio de A Gudiña pudo controlarse relativamente pronto y no afectó a núcleos de población. Con todo, obligó a cortar durante varias horas una carretera para evitar sustos por su proximidad con el fuego. Otro de los incendios de entidad registrados en Galicia en agosto fue el que el pasado día 20 afectó a la localidad de San Cristovo de Cea, también en la provincia de Orense. Quemó casi 60 hectáreas tras haberse originado en la parroquia de Oseira alrededor de las 16.24 horas de ese día. En todo caso, este incendio de la po blación orensana, pese a ser de los de mayor envergadura de la campaña en Galicia, tampoco representó nunca un problema directo para los vecinos y sus viviendas. Los núcleos de población en el incendio de San Cristovo de Cea, tal y como explicó en aquel momento a Ep el alcalde de la localidad, José Luis Valladares, estaban «bastante alejados» del foco. Desde el primer momento, insistió el regidor, la situación había estado «relativamente controlada». A modo de curiosidad, en la lucha contra el fuego en esta localidad orensana, comandada por los servicios de extinción de la Consellería de Medio Rural, tomó parte también una dotación de bomberos de Estonia, que están en periodo de formación, y para quienes ha sido su primera experiencia en el combate contra esta lacra. Esta veintena de bomberos estonios han estado unos 15 días en Galicia. Aunque el mencionado incendio de San Cristovo de Cea logró controlarse rápido, una semana más tarde volvía a cebarse con la localidad orensana. Esta vez, el fuego afectó a unas 30 hectáreas. La Xunta confirmó entonces que este incendio, que se había iniciado pasadas las 17.20 horas, era una reproducción del que se había registrado siete días antes. La Consellería do Medio Rural lo dio por extinguido minutos después de las 21.30 horas de este viernes. En las labores de extinción participaron cinco técnicos, 23 agentes, 30 brigadas, 31 motobombas, dos palas, ocho aviones y siete helicópteros. Además, colaboraron los mencionados equipos de bomberos estonios, que este sábado finalizaron su periplo por tierras gallegas. En cuanto a la provincia de Pontevedra, el 16 de agosto se registro un incendio en Ponteareas, concretamente en la parroquia de Paredes, que acabó afectando a algo más de 40 hectáreas, según las estimaciones de la Consellería de Medio Rural. En todo caso, si bien agosto supera, con mucho, las áreas arrasadas por el fuego en comparación con el resto del verano, sigue situándose lejos de las cifras de abril, mes en el que se calcinaron casi 450 hectáreas de suelo forestal en toda la Comunidad.