Un menor número de alumnos por aula, mejoras en la atención a las necesidades especiales, más inversión en centros del rural o la reducción de la burocracia con la que debe lidiar el profesorado. Son medidas que incorpora la batería a estrenar por el sistema educativo gallego en septiembre, y que supondrá «la mayor modernización» en educación que acomete la Xunta en 30 años, en palabras del conselleiro del ramo, Román Rodríguez. Será fruto de un acuerdo «histórico», ya ratificado con la Mesa Sectorial, que permitirá que el alcance de su aplicación crezca de forma paulatina. «Nunca antes comenzamos un curso escolar con una batería de medidas y novedades tan amplias y de tanto calado como las que hacemos ahora», comenzaba este viernes su intervención el titular de Educación, en un almuerzo informativo que mantuvo con periodistas en Santiago. El conselleiro ha agradecido el apoyo de las organizaciones sindicales al convenio –brindado por tres de las cuatro que componen la Mesa– y celebró la «trascendencia» que tendrá de cara a las próximas décadas. «El objetivo», ha resumido, «es mejorar la atención al alumnado, mejorar las condiciones del profesorado y mejorar el funcionamiento de los centros«. Al hilo, Rodríguez admitió que existen «pequeñas discrepancias, lógicas y normales» con los sindicatos en la interpretación de dos puntos de la quincena que componen el acuerdo, referidos a los ritmos de implantación, pero ha asegurado que su departamento atenderá estas reclamaciones y que actuará «más allá de lo inicialmente previsto» para este curso. Así, por un lado, la primera medida será «la reducción del 20% del número de alumnos por aula», comenzando en cuarto curso de Infantil –cambiando el máximo de 25 a 20– y se ampliará, año a año, al resto de etapas hasta completar todo el sistema. Al presentarla, el conselleiro subrayó que la modificación se produce por iniciativa propia autonómica, en tanto que la nueva ley educativa estatal no modificó estos ratios. Según abunda la Xunta en un comunicado, la mejora permitirá que en el nuevo curso se disponga del mismo número de aulas en las etapas de Infantil y Primaria, 204, a pesar de que haya 4.000 alumnos menos matriculados en el sistema, en lugar de cerrarlas por falta de estudiantes. Según su estimación, a lo largo de los tres próximos cursos, la cifra de aulas preservadas escalará hasta las 900. En segundo lugar, Román Rodríguez se ha referido al ámbito de la atención a la diversidad, uno en los que «más ha avanzado la enseñanza gallega en poco tiempo», pero en el que sigue habiendo «mucho camino por recorrer». Ahí ha encuadrado una nueva medida, pionera en España: la ponderación del alumnado que presenta necesidades educativas especiales por dos o por tres según dicten los informes médicos que acreditan su nivel de discapacidad, de dependencia o de trastorno grave de conducta, en las etapas de Infantil y Primaria. En concreto, la idea es proporcionar al profesorado herramientas con las que puedan, en base a su autonomía organizativa, decidir la opción pedagógica que más se ajuste a su caso particular, desde desdobles de grupo para evitar la ruptura de los ya existentes si no es imprescindible hasta medidas de apoyo dentro del aula, coeducación con dos profesores simultáneos en clase o la organización de subgrupos en ciertas materias. Otro eje de las mejoras es la atención educativa que se brinda en centros del rural gallego. El titular de Educación de la Xunta ha presentado un informe que concluye que los alumnos de entornos rurales y urbanos obtienen los mismos resultados académicos, por lo que ha destacado como necesaria una inversión muy superior en entornos con mayor dispersión geográfica, atendiendo al modelo educativo «de proximidad» al que responden los centros gallegos, para garantizar la «igualdad de oportunidades» de todo el alumnado. En esa línea, se recupera un acuerdo firmado en 2009 del que ya se introducirán dos medidas: no recurrir al cierre de los centros con cinco alumnos, pese a que al mínimo sea seis, si hay perspectivas de recuperar la matrícula en cursos posteriores; y la reducción de 18 a 14 alumnos de diferentes clases de Infantil que comparten aula cuando se hacen agrupamientos. Finalmente, con el foco puesto en la carrera profesional docente, «la pieza clave del sistema y del éxito educativo», Rodríguez ha recordado que desde el 1 de enero son efectivos varios incrementos salariales en base a complementos que recompensan al profesorado que más se forma o que asume tareas de responsabilidad como los equipos directivos o las tutorías –en conjunto, un aumento de la masa salarial de 14 millones de euros–. Y ha anunciado que, a petición de los sindicatos, se reducirá el horario lectivo del profesorado de Infantil y Primaria, que trabajará el mismo número de horas, pero liberará tiempo de docencia para dedicarlo a tareas como preparar clases. Además, ha adelantado, se preparan medidas para reducir sus labores burocráticas, de manera que se pueda reinvertir ese tiempo en tareas estrictamente educativas.