Tengo un buen amigo que me lo sintetiza de esta forma: los movimientos migratorios son imparables. Los bárbaros llegaron a las puertas de Roma, se filtraron en sus ejércitos y campos, convivieron con los vernáculos de ocho apellidos latinos y no existían ni la televisión, la radio ni las redes para convencer a las tribus de más allá del Danubio que en Roma se vivía muchísimo mejor que en sus propios territorios. Había circo gratis, termas públicas, paguitas gastronómicas y amplias posibilidades de tener un futuro más o menos asegurado formando parte de sus ejércitos, bien al mando, bien como legionarios. Era el estado del bienestar. Quiere esto decir que, siendo realista, el tercer mundo que viaja en pateras o...
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