Kamala Harris se someterá este viernes a su primera entrevista desde que se convirtió en candidata del Partido Demócrata a la Presidencia de EE.UU. hace más de un mes. Después de muchas críticas de los republicanos y de la opinión pública por su rechazo a enfrentarse a preguntas de la prensa, la vicepresidenta ha aceptado una entrevista conjunta con su elegido como candidato a la vicepresidencia, Tim Walz , actual gobernador de Minnesota. La entrevista es en CNN, será con probabilidad pregrabada desde Georgia, donde este jueves estará Harris, y se emite a las nueve de la noche (tres de la mañana del viernes en España). La cita será una semana después del cierre triunfal de la convención demócrata en Chicago, cerrada con el discurso de aceptación de la nominación por parte de Harris. Desde la renuncia de Joe Biden a su intento de reelección el pasado 21 de julio, la vicepresidenta se ha convertido en un fenómeno político: ha devuelto la energía y el entusiasmo a los demócratas, ha unificado al partido, ha disparado las donaciones y el registro de voluntarios y ha logrado una remontada en las encuestas frente a Donald Trump. Pero todo eso ha sido un proceso guionizado, de maquinaria electoral y discursos leídos. Harris no se ha enfrentado todavía a preguntas incómodas y es una incógnita cómo se desenvolverá en esa situación. El mes que viene, tendrá una cita todavía más complicada, con el primer debate -y, hasta el momento, el único acordado- entre ella y Trump. En la cita de este jueves tendrá la ventaja de comparecer con Walz, lo que le permitirá que no toda la tensión y la atención estén centradas en ella. No es un formato inusual -Trump y su candidato a vicepresidente, J. D. Vance hicieron lo mismo en Fox nada más conocerse el 'ticket presidencial' republicano el mes pasado-, pero ha sido recibido con críticas hacia Harris de «falta de confianza» para presentarse sola.