La Copa América es la competición náutica más importante del mundo con los mejores equipos del mundo y como cualquier competición precisan árbitros para que regulen los enfrentamientos. En la 37ª Copa América de Barcelona están los cinco mejores de la vela mundial y uno de ellos es el portugués Miguel Allen. Nacido en Oporto hace 47 años, navega desde los nueve y fue regatista de competición. Pero llegó un momento en que, «como regatista hubo momentos en que no entendíamos algunas decisiones de las protestas y decidí hacer un curso de juez árbitro para entender como se aplicaba el reglamento». Es árbitro internacional desde 2002 y juez internacional desde 2006. Es uno de los mejores especialistas mundiales en la competición match-race (barco contra barco). Ha sido árbitro de Copa America en Valencia (2007), San Francisco (2013), Bermudas (2017) y Auckland (2021). Tambien en los JJ.00. de Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2021 así como en cuatro ediciones de la Volvo Ocean Race (Vuelta al Mundo por equipos) tanto como juez internacional como árbitro. Tuvo cargos de responsabilidad técnica como vicepresidente del comité de Match Race y encargado del reglamente de arbitraje de las competiciones de flota de la World Sailing (Federación Mundial de Vela), pero actualmente, está más presente como árbitro jefe en en los circuitos mundiales de las clases TP52, RC44, SailGP, Maxis, etc. Detrás de esta impresionante carrera profesional, está también la personal y como no podía ser de otra manera, cosas del destino, Miguel Allen esta casado, desde hace dos años con la alicantina María Torrijo, de 48 años, considerada la mejor oficial de regatas del mundo y la única mujer que ostenta los títulos de Oficial Internacional de Regatas, Juez Internacional y Árbitro internacional. Ella fue una de las más jóvenes en empezar su labor como oficial de regatas. Fue en 2007 y tenía 31 años. Su gran éxito profesional tuvo un duro golpe personal en julio de 2016 al perder a su entonces esposo, el regatista Pablo Arandia. Ella, que había sido madre el año anterior, decidió seguir con su carrera profesional en la vela. «María tuvo que superar muchas barreras para lograr el respeto de los competidores, pero ahora preguntas al cualquier regatista a quien quiere como oficial de regatas y te responde que ella» , aseveró Allen. Miguel y ella se conocían desde 2004, pero no iniciaron su relación hasta 2020 y se casaron en 2022. A todos los medios les ha extrañado que María, que fue oficial de regatas en la pasada edición de la Copa en Auckland 2021, no esté en la presente. Èl comentó: «Porque la decisión de nombrar los comités se tomó algo tarde y sus compromisos con los circuitos profesionales le han impedido estar en Barcelona» . A sus 47 años, lleva ya 24 en esta profesión, y cuando se le preguntó si para esto hace falta vocación, respondió: «Estudié derecho y por esto me gusta toda esta parte de normas y reglamentos. En realidad me gusta navegar, ver barcos y estar en este ambiente; no se si es vocación, pero para llegar a un nivel alto tienes que dedicarle mucho tiempo y estar siempre renovándote y estudiando reglamentos». La revolución tecnológica ha llega también al mundo del arbitraje de la vela y ofreció un dato: «En esta Copa, por vez primera en los 173 años de historia del evento, el arbitraje no se realizará en el mar». Explicó al respecto, hasta ahora, a cada barco competidor en la Copa le seguía una lancha con un árbitro a bordo y si se le sancionaba, debía realizar la penalización en el agua y debía, ahora también, cumplirse de inmediato. Ahora los árbitros están en tierra y utilizan un sistema muy sofisticado que se empezó a ensayar en 2017 en Bermudas y en 2021 en Auckland, pero no ha sido hasta ahora que se ha implementado al cien por cien. La sala de árbitros (es como el VAR en el fútbol) y las pantallas e intercomunicadores son los protagonistas. A él le parece un gran avance «porque a las velocidades actuales de los AC75, con cruces a 40 nudos (75 km/h) de velocidad, no es lo mismo que seguirlo de 12-15 nudos (22-28 km/h) como en las regatas de crucero e incluso tomar una decisión e imponer una penalización o quitarla es mucho más preciso» , indicó el árbitro. Y añadió: «Si incluso seguirlos con una lancha es ya muy difícil y la tecnología que utilizamos nos da un grado de precisión muy grande para observar maniobras ilegales por centímetros u otras situaciones». En una de las regata de la preliminar de Barcelona de la semana pasada, un AC75 fue penalizado en la salida porque su proa había superado ,antes de que el crono llegase a cero, la línea en 87 centímetros; toda la precisión de un foto-finish. Revela al respecto: «Los gráficos de la televisión que ven los telespectadores son gráficos sobre una imagen y la precisión de eso no es la misma que la de nuestro sistema. Estos se hacen para que el público tenga una idea de la línea de salida y de los recorridos, pero con esto no se puede juzgar. Nuestra parte gráfica es mucho más básica, pero mucho más precisa» . Opinó que las regatas preliminares como la de Barcelona, son muy diferentes a enfrentamientos como la Louis Vuitton Cup, donde cada punto cuenta. «Para nosotros es muy bueno tener regatas así porque nos permite irnos preparando mejor. La verdad es que hasta ahora los equipos no se han quejado mucho. Aunque no estén involucrados en una penalización preguntan para entender como pensamos los árbitros» , explica. «En la Copa del América -incide- las reglas son mucho más precisas que en otras competiciones y una vez los equipos llegan a tierra no pueden protestar, como pasa en otras regatas, al Jurado de la regata por otras cosas que no sean por temas de medición o así; todo se decide en el agua» . Concreta: «Esto ya se he hace también en regatas en flota de circuitos de monocascos con un número pequeño de competidores como los TP52, RC44, GC32, SailGP,los Swan; la verdad es que pasó más tiempo fuera de casa que en casa» . Al respecto de lo más difícil de su función como árbitro, afirmó: «Es gestionar los egos de las personas, porque cuando a vas a los Circuitos profesionales como, por ejemplo, los TP52, el dinero que cada armador gasta en su equipo cada temporada no lo gasta para quedar quinto o sexto, lo gasta para ganar, pero solo uno puede ganar y por eso tienes un problema con los otros» . «Estamos hablando -continúa- de que los armadores son los jefes y, en los últimos treinta años, nadie les ha dicho que se han equivocado y somos nosotros tenemos el trabajo de decirles: »Has hecho esto mal y por esto te hemos penalizado; es la parte más sensible, porque incluso el táctico del barco, aunque sepa que lo ha hecho mal, no lo va a reconocer delante de su armador y le dirá que los que se han equivocado hemos sido los árbitros al penalizarles.« Actualmente María y él trabajan juntos en la mayoría de Circuitos mundiales de vela de alta competición. Miguel tiene un hijo de su primer matrimonio, Gonzalo, de 14 años, y Maria una hija, Iris, de 9 años. Ella reside en Valencia y él aún en Oporto. «Lo que hacemos es que en todos los Circuitos, menos en el SailGP, donde yo estoy de jefe de árbitros, en el resto, María es la oficial principal de regatas y estamos juntos. Después, yo voy un tiempo a Valencia y ella viene otro tiempo a Oporto, y así lo vamos gestionando. Lo que si pasamos juntos los cuatro son las vacaciones; una logística complicada» , reconoció. Un tema importante que él destaca es, «la confianza que los regatistas tienen en nosotros. Saben que ni María y yo vamos a hacer algo para protegernos uno al otro, porque sería fácil de ver que estamos haciendo algo que no estaría de acuerdo con el reglamento para proteger a alguien y lo único que podemos vender es nuestra credibilidad y por esto confían todos mucho en nosotros dos». «Son los propios organizadores y los gestores de cada circuito son los que los eligen a ambos y somos nosotros los que elegimos nuestro propio equipo y se lo proponemos a ellos. Los que yo eligo son de mi máxima confianza ya que soy quien da la cara, algo que hago por muy poca gente y siempre la doy por ellos. Por esto saben que tienen que funcionar como un verdadero equipo; esa es mi responsabilidad» , puntualizó. No es en absoluto una persona ambiciosa, pero ya es el árbitro jefe en los circuitos mundiales. «El último escalón sería ser Jefe Arbitro de la Copa del América (cargo de Richard Slater) entre otras como ser director de Regata, como Ian Murray (el de esta edición de Barcelona), pero esto es más técnico y más complicado por la gestión y no me veo por ese camino» , concluye.