El fondo del mar se parece a una autopista congestionada por un tráfico frenético de datos. Y es que debajo de las olas hay una intrincada red de cables que conecta continentes enteros, transmitiendo la inmensa cantidad de información que fluye por internet cada segundo. Es cierto que los satélites también transmiten datos, pero los cables submarinos tienen cuatro ventajas: velocidad, latencia, capacidad y fiabilidad. La velocidad de transmisión de datos por fibra óptica submarina es mucho mayor que por satélite, lo cual se traduce en una experiencia de navegación web más rápida y fluida. La latencia, es decir, el tiempo que tarda un paquete de datos en ir de un punto a otro, es mucho menor en los cables submarinos, un hecho crucial para aplicaciones en tiempo real como pueden ser las videollamadas o los juegos online. Los cables submarinos tienen una capacidad de transmisión de datos enormemente superior a la de los satélites, lo que permite hacer frente al creciente volumen de datos que generamos cada día. Por último, pero no por ello menos importante, los cables submarinos son muy resistentes y están diseñados para soportar las inclemencias del mar. Además, cuentan con sistemas de redundancia que garantizan la continuidad del servicio en caso de avería. En esencia, un cable submarino es un grueso cable de fibra óptica protegido por varias capas de materiales resistentes a la corrosión y a las altas presiones. La fibra óptica es un hilo de vidrio extremadamente fino por el que se transmiten pulsos de luz que representan los datos. Evidentemente, la instalación de un cable submarino es una operación compleja y costosa que requiere de buques especializados y equipos de alta precisión. Una vez instalado, el cable se entierra en el lecho marino para protegerlo de las anclas de los barcos y de otros peligros. Los cables submarinos son la columna vertebral de internet, y como tal, tienen un impacto directo en nuestra vida diaria. Gracias a ellos podemos realizar una simple llamada telefónica, acceder a la inmensa cantidad de información disponible en internet (desde noticias y redes sociales hasta servicios de streaming y plataformas de aprendizaje online), realizar compras online o telemedicina. A pesar de su importancia, los cables submarinos no están exentos de amenazas. Algunos de los principales riesgos a los que se enfrentan son las anclas de los barcos, los terremotos, los ciberataques o el cambio climático. Y es que las anclas de los barcos pueden dañar los cables submarinos, provocando interrupciones en el servicio; los eventos naturales pueden causar daños severos en zonas sísmicamente activas, son objetivos potenciales de sabotaje, ya que su corte podría tener graves consecuencias para la economía y la seguridad de un país. Además, el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos pueden afectar la estabilidad de los cables submarinos. A medida que nuestras necesidades de conectividad continúan creciendo, la importancia de los cables submarinos seguirá aumentando. En estos momentos se está trabajando en el desarrollo de nuevas tecnologías para mejorar la capacidad, la velocidad y la seguridad de estos sistemas. Los nuevos cables submarinos utilizan tecnologías de fibra óptica más avanzadas que permiten transmitir una mayor cantidad de datos. Se están desarrollando sistemas de redundancia más sofisticados para minimizar el impacto de las interrupciones en el servicio. Además, con la ayuda de la inteligencia artificial se está utilizando para monitorizar y gestionar de forma más eficiente las redes de cables submarinos.
