Los afectados por el incendio que el pasado 22 de febrero arrasó dos bloques de viviendas en el barrio de Campanar de Valencia , en el que murieron diez personas, han ido dejando de forma progresiva los pisos municipales en los que fueron realojados hace medio año. Este lunes se cumplía el plazo que el Ayuntamiento de la ciudad les dio para abandonar el inmueble, situado en Safranar. Una finca que el consistorio compró poco antes de la tragedia para destinarla a alquiler asequible. Ahora, el «buen estado» en el que han devuelto las viviendas, según el edil de Urbanismo y Vivienda, Juan Giner, agilizará el proceso para que puedan volver a ocuparse cuanto antes. Precisamente, propietarios e inquilinos del edificio devorado por el fuego -cuyas tareas de desescombro empezarán en septiembre con vistas a estar rehabilitado en 2027- cuentan con las ayudas para el alquiler, de entre 1.000 y 1.500 euros mensuales , que les ofrece la Generalitat. La búsqueda de un nuevo hogar, en un mercado inmobiliario con elevados precios, no ha sido nada fácil. De acuerdo con las cifras aportadas por el Ayuntamiento, a mediodía de este lunes 85 de las 99 viviendas estaban ya libres. Las mismas fuentes han indicado que no tenían constancia de que algunas familias -la semana pasada residían 41 todavía en esa finca cedida- hubieran solicitado una prórroga. Así lo ha apuntado a los medios la presidenta de la Asociación de Residentes Afectados por el Incendio de Campanar (Ardic), Nancy Ulloa. Sería el caso particular de cinco familias que tienen que esperar unos días más hasta que sus nuevas casas estén listas. «Volvemos a la rutina, si Dios quiere» , ha afirmado Ulloa, que ha trasladado su residencia a la localidad de Chiva. «Gracias al Ayuntamiento de Valencia por habernos ayudado tanto tras lo sucedido; gracias al barrio de Safranar por arroparnos como lo ha hecho; gracias a todos los que seguís apoyándonos; cada día estamos un pasito más cerca de volver a nuestro querido Campanar », aseguran en redes sociales desde la Asociación de Propietarios Afectados por el Incendio de Campanar (Aproicam). «Poder estar aquí estos seis meses ha sido un gran alivio para nosotros y nos ha dado mucha fuerza para seguir avanzando en el camino que tenemos por delante con la rehabilitación», agregan. Ana Aguilar, de 88 años, es una de las víctimas que ha decidido regresar «a su tierra» , en referencia al barrio de Campanar, donde ha alquilado un piso. Otros todavía no pueden volver a pasar por delante del esqueleto de hormigón que dejaron las llamas a su paso aquella tarde de febrero. «Estoy contenta y doy gracias por todo», ha subrayado, al tiempo que ha bromeado sobre si, debido a su edad, podrá ver o no el edificio siniestrado terminado de nuevo. José Antonio Enríquez también agradece la generosidad al consistorio de la ciudad. Este venezolano llevaba casi una década viviendo en Campanar con su mujer, que tiene problemas de visión. Ahora, residirá en la Lloma Llarga tras tocar «más de veinte puertas» para conseguir un alquiler. «A los 76 años no se empieza. Se continúa en todo caso», ha explicado a los periodistas. «Estoy agradecido a Dios, porque yo creo que la vida es una experiencia, una expansión de la conciencia, y haber tenido esta experiencia de ser mendigo, es una experiencia de conciencia , y la conciencia es lo más importante», ha sostenido.