Lo camper está de moda. De hecho, cada vez son más las personas que deciden camperizar su propia furgoneta para disfrutar al máximo de sus vacaciones de verano, una forma de viajar con libertad y a tu gusto. Pero este tipo de vehículos tienen una serie de particularidades a la hora de pasar la ITV. Dada su naturaleza, en la inspección técnica se comprueban una serie de aspectos específicos, prestando especial atención al acondicionamiento exterior o al sistema de iluminación, entre otros. Una camper es un vehículo que se ha convertido en un espacio habitable (camperización), por lo que sirve tanto para viajar como para dormir en él. Es decir, se trata de un vehículo que cumple la función de alojamiento móvil tras haber sido acondicionado para ello. Sin embargo, a la hora de pasar la ITV existen algunas diferencias con respecto al resto de vehículos. Según AEMA-ITV, la Asociación de Entidades para la Inspección Técnica de Vehículos de la Comunidad de Madrid, el primer paso para legalizar un vehículo camperizado es contar con la documentación necesaria para legalizar las reformas efectuadas sobre dicho vehículo. Una vez disponga de la documentación el vehículo deberá pasar una inspección técnica donde se incluyen varios pasos específicos para garantizar que cumplen con la normativa y se encuentran en condiciones óptimas para la conducción. En primer lugar, la identificación. En este capítulo, se revisa la documentación. Este constituye uno de los problemas más frecuentes a la hora de pasar la ITV, ya que, entre los documentos que se aportan, se debe incluir el informe de conformidad, proyecto técnico, el certificado final de obra o el certificado de autorización de la instalación de gas en caso de haber incluido una instalación de gas. También se revisa que todos los cambios efectuados en la camperización estén incluidos en la documentación aportada. Luego, acondicionamiento exterior, carrocería y chasis. Se presta especial atención al acondicionamiento exterior, ya que muchos vehículos campers cuentan con toldos, placas solares, aire acondicionado en el exterior, etc. Luego, acondicionamiento interior. El anclaje de los asientos y de los elementos que se han incorporado al vehículo para camperizarlo resulta de vital importancia en la inspección técnica. Asimismo, también se revisa con detalle el mobiliario, ya que este debe estar anclado y asegurado. Después es el turno de los frenos. La comprobación de este capítulo cobra especial importancia en los campers, ya que son vehículos con un peso considerable por su estructura y equipamiento incluido. Además de otros elementos a los que se les presta especial atención en la inspección técnica son la instalación eléctrica, enganche o bola de remolque y depósitos de agua. Y una vez que al vehículo se le ha autorizado en una estación de ITV la transformación a camper, como se ha indicado anteriormente, una de las principales diferencias con respecto al resto de vehículos, es la frecuencia con la que debe pasar su inspección periódica en la ITV, la cual también va a depender de la clasificación o categoría. Las furgonetas camperizadas suelen pertenecer a la categoría N o M, pero, en caso de duda, se puede consultar la categoría o clasificación del vehículo en su ficha técnica. De modo que las furgonetas camperizadas, que pertenecen a la categoría N, deben someterse a su primera ITV a los dos años de su matriculación. A partir de ahí, tendrán que pasarla cada dos años hasta que alcancen los seis años de antigüedad. Desde el sexto año en adelante, deberán realizarla de manera anual y, tras cumplir diez años, cada seis meses. Por su parte, aquellos que corresponden a la categoría M no tienen que pasar la ITV hasta los cuatro años de su matriculación. Después, deberán realizarla cada dos años y, a partir del décimo año, de manera anual.