El 61,29% de las mujeres víctimas mortales de la violencia machista registradas durante lo que va de 2024 fueron asesinadas por sus parejas o exparejas entre los meses de junio, julio y agosto. En concreto, este año han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas un total de 31 mujeres, según datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género recogidos por Servimedia, después de que ésta confirmara como crímenes machistas el asesinato de dos mujeres en las localidades barcelonesas de Rubí y Castellbisbal. De ellas, 19 mujeres, el 61,29%, han sido asesinadas en los meses de junio, julio y agosto, una época en la que, según UGT, los crímenes machistas aumentan por distintos motivos, como la falta de control del agresor sobre la víctima o el incremento del tiempo de convivencia en la pareja. El mes de junio murieron como consecuencia de esta lacra siete mujeres en las provincias de Cuenca, Málaga, Granada, Girona, Madrid, Valencia y Barcelona; en julio lo hicieron ocho en las provincias de Barcelona, Zaragoza, Valencia, Madrid, Tarragona, Alicante y Málaga; y cuatro lo habrían hecho en agosto, en las provincias de A Coruña, Valladolid y Barcelona. Tras el asesinato de estas dos mujeres en la provincia de Barcelona perpetrado presuntamente por el mismo hombre (expareja de las víctimas), la ministra de Igualdad, Ana Redondo, apuntó este miércoles en un mensaje publicado en redes sociales: «No hay palabras para tanto horror. Mientras avanza la investigación de lo sucedido sólo nos queda seguir trabajando unidas y unidos, reforzar todas las medidas y renovar cuanto antes el pacto de Estado contra la Violencia de Género«. Un día después, en respuesta a los periodistas en Palencia, confirmó que el comité de crisis de violencia de género se convoca de forma automática cuando se producen más de cinco asesinatos en un mismo mes. La última reunión de este grupo tuvo lugar en julio. Ante esta situación, UGT reclamó que se incrementen las políticas y recursos para la prevención y la atención de todas las víctimas de esta lacra, y conminó a los poderes públicos a mostrar el «rechazo frontal» y la «condena explícita de los discursos negacionistas de la ultraderecha», que «ponen en peligro los avances en la lucha contra las violencias machistas, cuestionan las políticas públicas en esta materia, la educación en igualdad y revictimizan a las mujeres» que sufren este tipo de violencia.
