Comer fruta es una de las prácticas más saludables que podemos incorporar a nuestra dieta diaria. Rica en vitaminas , minerales , antioxidantes y fibra , la fruta es esencial para mantener una buena salud. Sin embargo, a pesar de sus innumerables beneficios, la pereza a la hora de pelarla o cortarla puede llevarnos a no consumirla con la frecuencia que deberíamos . Ante esto, muchos optan por comprar fruta ya cortada en los supermercados, una opción que, aunque parece conveniente, podría conllevar riesgos significativos para la salud. En ese sentido, Duna Nicolau, una dietista y nutricionista conocida en las redes sociales como 'Comiendo con Duna', ha advertido a través de un vídeo de TikTok sobre los peligros de consumir la fruta cortada que se vende en los supermercados, como el melón y la sandía , en especial durante los meses de verano . En el vídeo, que acumula más de 144.000 reproducciones, la nutricionista reveló: «He ido al supermercado y me he encontrado con melones y trozos de melón y con sandías y cachos de sandía. Tal vez muchos no veáis nada raro, pero al ver esto en los supermercados muchos me diréis 'me llevo el melón cortado porque para mi sola me basta' o 'quiero un melón pero no quiero uno entero'». Sin embargo, Nicolau advierte que esta práctica aparentemente inofensiva puede suponer un riesgo para la salud , ya que, según afirmó, «cuando la pulpa queda al descubierto es mucho más probable que se contamine de algún modo, la fruta tiene un protector natural que es la piel , en este caso en el melón y la sandía es mucho más gorda debido al suelo donde crece y desde el momento en el que la abrimos empezaría lo que sería la proliferación de microorganismos ». Según la nutricionista, este protector natural juega un papel fundamental en la protección de la fruta contra microorganismos presentes tanto en el campo, donde crecen, como en los ambientes donde se manipulan y almacenan. «En el supermercado no nos estamos asegurando de que se esté llevando a cabo una buena manipulación del alimento», advierte la experta, enfatizando la importancia de las condiciones higiénicas en las que se corta y almacena la fruta. Además, la creadora de contenido destacó otro factor crucial, la temperatura a la que se encuentra la fruta cortada. En muchos casos, estas mitades de melón o sandía se exhiben a temperatura ambiente , lo que incrementa el riesgo de crecimiento bacteriano . «Si el alimento se corta, tiene que ir en refrigeración, y de esta manera se está interrumpiendo lo que sería la cadena del frío», explica Nicolau, subrayando que mantener la fruta cortada a temperaturas inadecuadas puede hacerla propensa a la proliferación de bacterias como la Salmonella o la Listeria , que pueden causar serias intoxicaciones alimentarias .