Cena para dos. Este bien podría ser el título de una película romántica de los años 50, pero también es lo que ha sucedido en la noche del jueves , cuando los Reyes Felipe VI y Letizia se dejaron ver por el centro de la capital con toda naturalidad para pasmo de turistas, paseantes y terrazas, que no se podían creer lo que veían. Lo normal es que una pareja real –también la española- aparezca en público con todo un comité de eventos desplegado a su alrededor y todo bien medido con anticipación. Por eso sorprendió lo que ocurrió con los monarcas españoles por las calles de Madrid. Y también la espontaneidad con la que se mostraron. Fue una cita romántica, de esas de final de verano. Un brindis por lo vivido y lo que viene. Felipe y Letizia han puesto punto y final a sus vacaciones para disfrutar de una cena en el centro de Madrid. Aparecieron muy bronceados , claro, sin disimular que el sol ha sido fiel compañero de viaje estas semanas. También muy sonrientes , saludando a fotógrafos, turistas y paseantes, estupefactos ante lo que tenían delante. El paseo, tampoco sin demasiadas alharacas, concluía a las puertas del restaurante elegido para pasar una velada romántica, de esas que te también se llaman « sin hijos ». Después de dos semanas junto a sus hijas, Felipe y Letizia ya se han hecho a la idea de que se quedan solos otra vez. La Infanta Sofía comenzaba este mismo viernes su nuevo curso académico en Gales, el último, mientras que la Princesa Leonor agota las horas para incorporarse a su segundo año de formación militar . Han sido unas semanas de anonimato para la familia real, más allá de las tradicionales y casi obligadas apariciones públicas por las calles de Palma o esta nueva, también medida en buena parte, por las calles de Madrid. La Casa Real ha comunicado de esta forma que los Reyes de España ya se encuentran en la capital del reino y preparados para afrontar una agenda que se prevé llena de acontecimientos para este otoño. Durante este tiempo, solo se pudo ver al Rey Felipe VI en su obligado viaje a República Dominicana. Dejó en tierra a su esposa y sus hijas, pero no se sabe dónde. Los rumores apuntan a que se encontraban en algún destino secreto de Grecia . El tremendo bronceado exhibido por Letizia podría ser una prueba. Y si no ha sido el país heleno y alguna de sus islas, ha habido muchísimo sol, eso seguro. El paseo de los Reyes y su cena para dos llegan apenas veinticuatro horas después de haber aterrizado en España. Los monarcas se dejaban ver y fotografiar sin censura alguna por el centro de Madrid mientras saludaban a quienes se acercaban a ellos con los ojos como platos e inmortalizando el momento en sus teléfonos móviles , como es tradición en estos tiempos. Luego se metían en un restaurante a degustar unos creaciones ligeras –que ya se sabe que la Reina no es de digestiones pesadas- y ambos regresaban de vuelta dando un paseo para bajar lo ingerido y darse un último baño de masas . De nuevo, los ciudadanos que se encontraban en las terrazas cercanas no se creían lo que veían. El verano termina para todos, se sea rey o plebeyo. Nada como una salida improvisada e informal, cámaras mediante, para crear nuevos afectos y restituir los dañados, si es que se perdieron. Porque estas vacaciones también han venido salpicadas de alguna que otra polémica. Así, la periodista Pilar Eyre contó recientemente las vacaciones privadas de los Reyes de España había costado medio millón de euros . El precio corresponde no solo a la estancia de la familia real en tierras extranjeras, sino que a eso cabe añadir la inmensa comitiva que llevan a su alrededor, desde guardaespaldas a asistentes. Tras una breve estancia en Palma de Mallorca, donde muchos echaron de menos una mayor exposición pública de la familia real, los monarcas desaparecieron durante la mitad del mes de agosto para emprender lo que ellos consideran sus vacaciones «de verdad». Probablemente fue Grecia, como se ha publicado. Y dicen que podrían haber coincidido con los reyes Guillermo y Máxima de Holanda en la villa que estos poseen en el país heleno. Antes estuvieron en los Juegos Olímpicos, pero aquello solo se podría calificar como algo cercano a «visita de trabajo». En París cumplieron con su cometido de arropar a los deportistas españoles. Es el final del verano, también para los Reyes. Y qué mejor forma de despedirse que con una tradicional y romántica cena para dos y un paseo por las calles de la capital. Como si de una pareja más de tratara, aunque solo haya sido por unas pocas horas.