La tormentosa relación entre Maite Galdeano (55 años) y su hija, Sofía Suescun (28 años), parece estar lejos de resolverse. Desde que Maite fue expulsada del hogar que compartía con su hija y el novio de esta, Kiko Jiménez (32 años), la situación ha ido de mal en peor, culminando en una serie de conflictos familiares que han involucrado incluso a las autoridades. Actualmente, Galdeano se encuentra residiendo en una nueva casa en Murcia, donde aseguraba estar disfrutando de una vida tranquila y renovada. «Estoy cada día más feliz, que os den por ahí, que al final estaba de criada gratuita. Al final me habéis hecho un favor», comentó con ironía la exconcursante de Gran Hermano, quien intenta rehacer su vida lejos del drama familiar. Sin embargo, la situación parece ser más compleja de lo que ella misma quiere admitir, y su búsqueda desesperada por un nuevo hogar, tal como lo dejó ver en su reciente mensaje en Instagram, lo confirma: «Busco vivir en finca , a cambio de paseos a perritos o dar compañía a señor/a o similar. Preferentemente Madrid o el norte». El conflicto familiar ha cobrado un alto precio emocional para Maite. Según informó Carlota Vázquez, periodista de TardeAR , Maite ha tenido que acudir a urgencias en dos ocasiones durante la última semana debido a subidas de tensión y ataques de ansiedad , consecuencia directa del malestar que vive por el distanciamiento con su hija. A pesar de estos episodios, los médicos la han enviado a casa tras un chequeo general, confirmando que se encuentra estable, aunque visiblemente afectada por la situación. Por su parte, Sofía, quien había mantenido silencio hasta ahora, finalmente ha decidido romperlo. En una entrevista exclusiva grabada esta semana, Sofía expresó el profundo malestar que siente por la relación con su madre. «Con mi madre pasa algo, una situación en la que me miro al espejo y me digo a mí misma que no puedo más », confesó, revelando que los problemas con Maite no son recientes, sino que vienen de años atrás, debido a los celos y el control excesivo que su madre ejercía sobre ella. Estas declaraciones no han pasado desapercibidas para Maite, quien respondió de inmediato: « Me he quedado en shock , qué maldad, se le ha ido la cabeza a mi hija. Ya no puedo más, me va a dar algo, es una injusticia lo que están haciendo conmigo sin hacer yo nada malo». El culebrón familiar entre Maite Galdeano y Sofía Suescun parece estar lejos de finalizar, con ambas partes sufriendo las consecuencias de esta guerra emocional que ha traspasado los límites del hogar y se ha convertido en un tema de dominio público.